Atribuyen al cambio climático más de 100 mil muertes anuales

Son provocadas por la disminución de las lluvias y el aumento de la temperatura durante los llamados “períodos caniculares”, según datos registrados en 43 países

Edición Impresa

Más de un tercio de las muertes de personas provocadas por la disminución de las lluvias y el aumento del calor durante el llamado “período canicular”, son directamente atribuibles al cambio climático, una proporción que es mayor en países como Brasil, Colombia y Perú, según un estudio divulgado ayer y publicado en la revista “Nature Climate Change”, que analizó la mortalidad durante este período, que dura entre 4 y 7 días, y que se inicia unas semanas después del solsticio de verano, es decir el 21 de junio en el hemisferio norte y el 21 de diciembre en el hemisferio sur.

El trabajo resultó el fruto de las tareas de un equipo de 70 investigadores internacionales que compiló datos de 43 países entre los años 1991 y 2018, y su conclusión es que un promedio de 37 por ciento de los decesos relacionados con las altas temperaturas son directamente atribuibles al cambio climático.

La metodología de trabajo de los investigadores se basó en el cruce de datos sanitarios con las temperaturas registradas y modelizaciones climáticas que permitieron comparar el número de muertes acontecidas respecto a las que cabría haber esperado sin el fenómeno del calentamiento.

En cifras, este porcentaje representa 100.000 muertos cada año, según los investigadores, un dato que podría estar subestimado puesto que no incluye información de determinadas regiones especialmente afectadas por las olas de calor, como África Central y Asia del Sur.

En los países desarrollados, como Estados Unidos, Australia, Francia, Gran Bretaña y España, el porcentaje de muertes atribuibles al calentamiento oscila entre 35 por ciento y 39 por ciento, pero este supera el 40 por ciento en naciones como México, Chile, Sudáfrica, Tailandia y Vietnam, mientras que en países como Brasil, Colombia, Perú, Guatemala y Filipinas, ese porcentaje se dispara por encima del 60 por ciento.

Estos resultados demuestran que “el cambio climático no es un fenómeno de un futuro lejano”, explicó Antonio Gasparrini, autor principal del estudio y profesor de la “London School of Hygiene and Tropical Medicine”, quien destacó que “podemos medir los impactos negativos sobre la salud, además de los efectos medioambientales y ecológicos ya conocidos”.

Cabe destacar que otro estudio del año 2019, publicado en la revista médica “The Lancet”, estimó en 300.000 las muertes anuales en el mundo relacionadas con las canículas, que según los científicos continuarán multiplicándose bajo los efectos del cambio climático.

Pero esta mortalidad no se debe exclusivamente al alza de las temperaturas estivales, que aumentó más de 1,5 grados centígrados desde 1991 en las regiones incluidas en el estudio, sino también a la duración de las olas de calor, al alza de las temperaturas nocturnas respecto a las diurnas y a las tasas de humedad, que también desempeñan un papel importante.

Del mismo modo, influyen sobremanera las técnicas de adaptación, de acuerdo a lo medido en el estudio, que subraya que la mortalidad podría reducirse si se extendiera el uso del aire acondicionado, aunque este, al ser una tecnología que consume mucha energía, contribuye a su vez al calentamiento.

Los estudios sobre las consecuencias del calentamiento global, y especialmente los fenómenos meteorológicos extremos, se multiplicaron en los últimos años, pero son pocos los que conciernen a la salud humana, según señaló Dan Mitchell, investigador de la Universidad de Bristol, en Gran Bretaña, quien consideró que “este nuevo punto de vista es esencial para que los líderes mundiales comprendan los riesgos”.

En este marco, este 2021 es considerado un año crucial para la acción contra el cambio climático, con la celebración de la COP26 en noviembre en Glasgow, Escocia, llamada a tomar decisiones determinantes contra este fenómeno, antes de que se vuelva irreversible.

De todos modos, los especialistas dicen que nuevas esperanzas surgieron recientemente en la lucha contra el calentamiento global, cuando un tribunal holandés falló contra uno de los gigantes petroleros, que le ordenó reducir sus emisiones de CO2 en un 45 por ciento de aquí a finales de 2030, tras una demanda de un grupo de organizaciones ecológicas, en lo que fue considerado como “un triunfo del clima”. El caso, denominado “el pueblo contra Shell”, podría convertirse entonces de aquí en más, aseguran, en un precedente en los tribunales de todo el mundo, donde se están multiplicando demandas similares.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE