La foto icónica que dejó uno de los peores capítulos de China: la masacre de Tiananmen
| 1 de Junio de 2021 | 10:18

Entre abril y junio de 1989, millones de personas se movilizaron en China en un intento de que el país se uniera a la ola de apertura que vivía entonces Europa del Este, pero aquel movimiento, del que 32 años después aún se sabe poco, terminó en tragedia.
Aquellos hechos que terminaron el 4 de junio en la plaza de Tiananmen son un hito del siglo XX pero a la vez son un tabú e hicieron temblar los cimientos del régimen. Además mostraron al mundo los excesos del comunismo chino y dieron al régimen un perfil hermético y paranoico aún vigente. Como corolario, este capítulo negro de la historia de China dejó una foto icónica.
Jeff Widener fue el autor de la famosa imagen del "Hombre del Tanque". Según reveló tiempo después en realidad fue producto del azar, aunque reconoce "la influencia que ha tenido en la percepción que la gente tiene del mundo".
"Muchos la consideran un icono. Yo la considero 'suerte'. Estaba en el sitio equivocado en el momento justo", recordaba Widener, que viajó a Pekín desde su puesto fijo en Bangkok para cubrir las protestas estudiantiles contra la corrupción y en demanda de una mayor apertura. La imagen del hombre desarmado que se paró frente a una columna de tanques del Ejército chino -después de que ésta acabase con cientos o incluso miles de vidas- se convirtió "en una muestra de que las fotografías pueden ser muy poderosas", comentaba el fotógrafo estadounidense en declaraciones a Efe por correo electrónico justo treinta años después de tomar la instantánea.
Era la mañana del 5 de junio, cuando Widener logró subir, gracias a "la inestimable ayuda de un estudiante chino", al sexto piso del Hotel Beijing para tomar la simbólica fotografía a unos 200 metros de la plaza, para entonces bajo el control de los militares. "Una foto así", opinaba, "tendría la misma repercusión hoy que hace treinta años" a pesar de que "ahora hay tanta gente tomando todo tipo de fotografías que acaba saturando". "Vivimos en un constante bombardeo de imágenes que insensibiliza los sentidos", afirmaba.
Capítulo negro
El acontecimiento detonante de las protestas fue la muerte, el 15 de abril, de Hu Yaobang a causa de un ataque al corazón tres años después de que fuera forzado a renunciar como integrante del Partido Comunista de China (PCCH) por sus ideas reformistas. Hu fue un gran crítico de las reformas económicas emprendidas por el entonces máximo líder, Deng Xiaoping. Éstas habían tenido efectos positivos en el país, pero también habían disparado la inflación y la corrupción. El 17 de abril, esta corriente crítica comenzó en la plaza de Tiananmen la primera concentración en homenaje a Hu, liderada por universitarios que pedían el fin del nepotismo, mayor libertad de prensa o más inversión en educación.
Las primeras marchas, moderadas y que no reclamaban la caída del régimen, dividieron a los líderes chinos, ya que algunos las veían como algo positivo, mientras otros las consideraban una amenaza.
El 26 de abril, el ala conservadora del PCCh publicó en el Diario del Pueblo un demoledor editorial contra los estudiantes de Tiananmen, calificándolos de enemigos del Estado. El movimiento se radicalizó, comenzaron con huelgas de hambre y el mundo empezó a reflejar la situación. El gobierno intentó negociar con los manifestantes, por entonces muy divididos, y fracasó, lo que llevó a decretar la ley marcial en Beijing, que duraría siete meses.
Unos 300.000 soldados chinos se congregaron para preparar el desalojo de la plaza, donde en los últimos días de protesta se erigió con cartón la icónica “Diosa de la Democracia”, inspirada en la Estatua de la Libertad.
En la tarde del 3 de junio, la TV china ordenaba a los residentes en Beijing no salir de sus casas, mientras tanques y vehículos acorazados avanzaban hacia el centro de la capital. Manifestantes trataron de frenar los tanques, lo que produjo numerosas muertes.
El número de fallecidos sigue siendo un misterio, y según diferentes fuentes, va de 300 a 2.600, de los que apenas diez son soldados. En Tiananmen, el desalojo fue menos sangriento. En días posteriores, las protestas por la masacre en varias ciudades chinas fueron reprimidas, mientras el régimen comenzaba una campaña de detenciones y juicios sumarios, sobre todo a huelguistas obreros.
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