Cuatreros cortan un alambrado y se llevan 3 caballos de un campo de Abasto

“Son un recuerdo que nos queda de mi papá”, lamentó Nahuel, dueño de los animales. Buscan datos que permitan encontrarlos

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En el amparo de la noche y con sigilo, desconocidos ingresaron a un campo de Abasto para sustraer tres caballos y escapar sin ser vistos, en lo que fue un nuevo caso de cuatrerismo, una de las modalidades delictivas que empezó a verse más seguido en la Región. En lo que va del año, hubo casos en Villa Elvira, en el camino a Magdalena y Poblet.

Para Nahuel Amichetti y su familia, el robo fue un golpe duro: no por el valor económico de los equinos, sino porque eran sus mascotas y “el único recuerdo físico” que les queda de su padre. “Él murió hace dos meses y ahora nos pasó esto”, lamentó el joven de 23 años en comunicación con este diario.

La yegua, “Gorda”, está preñada y además es la madre de “Zaina”, una potranca de dos años. “Lucero” (llamado así por la mancha que tiene en la frente), tiene tres años. “Los compramos con mi papá, fue una inversión que hicimos en 2019”, contó.

Nahuel jugaba al básquet en Estudiantes de La Plata, pero desde hace un tiempo se desempeña en Peñarol de Uruguay, donde vive cuando la temporada está activa. Los animales, en tanto, estaban en una quinta situada en 32 y 215 porque en su casa de La Plata no tenían lugar para criarlos.

“El sábado los fui a ver, y ese día no vi nada raro, estaban bien. El domingo volví a la media mañana, tipo 10, y ya se los habían robado”, refirió. Comenzó a buscarlos por el terreno, “les fui a llevar comida, los llamé y nada”, agregó. Ante la extraña situación, “revisé el predio y vi el alambre perimetral cortado. Ahí me di cuenta del robo”, indicó.

Entre sorprendido y desesperado, Nahuel se puso a rastrillar la zona para intentar hallar alguna pista. Como no encontró nada determinante, fue a radicar la denuncia. “La verdad es que la gente de la Patrulla Rural se portó muy bien. Pero sospechamos que los llevan “al tacho” como se dice en el campo, al frigorífico... con sacarles 20 mil pesos se quedan tranquilos”, reflexionó.

Por otra parte, señaló que “no tenemos mucha información, tengo algunos lugares que me contaron por dónde se manejan los cuatreros que roban. Pero es todo muy raro, que nadie haya visto nada, aunque no es muy transitada esta parte, más que nada por quinteros”.

Por último, Nahuel remarcó que “son de la familia, siempre fuimos de tener caballos, siempre nos gustaron. Son nuestras mascotas, estaban muy bien cuidados, y ya nos habían robado uno que era mío hace un tiempo”.

 

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