Nueva teoría del estallido poblacional en la humanidad

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Las últimas poblaciones de cazadores-recolectores de la Prehistoria vivieron una explosión demográfica sin precedentes hace unos 14.500 años en Oriente Próximo, que no tuvo que ver con ninguna migración, como se pensaba, sino con el mismo hecho de que se fueron haciendo sedentarias según avanzaban hacia el gran invento que lo iba a cambiar todo: la agricultura.

La revista “Scientific Reports”, del grupo “Nature”, publicó el viernes pasado el resultado de un trabajo liderado por investigadores de las Universidades de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), en las Islas Canarias, y Durham (Reino Unido) en cinco yacimientos arqueológicos de Jordania, Siria e Israel, claves para comprender cómo comenzó el Neolítico y, de paso, cómo ocurrió una de los grandes logros en la historia de la Humanidad: la capacidad de producir alimentos, sin depender de la caza o de la recogida de frutas y vegetales silvestres.

Y es precisamente en esa zona, en el Valle y los Altos del Jordán, el llamado Levante Mediterráneo, donde los estudios más aceptados por la comunidad científica sitúan a los primeros “sapiens”, que fueron capaces de domesticar las plantas y los animales de los que se alimentaban para transformarse en agricultores y ganaderos.

Esta investigación indaga en ese contexto de la Prehistoria con una técnica que le permite determinar si quienes protagonizaron todos esos cambios eran nativos de esa zona de Oriente Próximo o, por el contrario, habían emigrado allí desde otros lugares.

El investigador principal del trabajo, Jonathan Santana, miembro de los departamentos de Arqueología de la Universidad de Durham y Ciencias Históricas de la ULPGC, explicó que han podido determinar que en esa transición entre el Paleolítico y el Neolítico se observan dos fenómenos diferentes en esos yacimientos.

Hay un primer período, hace entre 14.500 y 11.500 años, en el que se aprecian signos claros de que el Jordán se ha convertido en una suerte de refugio de poblaciones de distinto origen que llegan allí empujadas por un cambio climático importante: el final de la última glaciación y el comienzo de una era mucho más cálida y húmeda que conecta con el Holoceno (la etapa en la que sigue hoy la Tierra).

Después, en los yacimientos de hace 10.300 a 8.000 años, se comprueba que la población crece, pero apenas se detectan individuos llegados de fuera, sino que prácticamente todos son “locales”. Y lo descubrieron por el análisis de las marcas en las piezas dentarias, según el tipo de alimento que consumían y el agua. (EFE)

 

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