Castaño, entre la bronca y el reconocimiento
Edición Impresa | 19 de Julio de 2021 | 05:22

Brian Castaño no pudo ganar la pelea que mereció ante Jermell Charlo y convertirse así en el primer púgil latinoamericano en ostentar las coronas AMB, CMB, FIB y OMB (las cuatro entidades de boxeo más relevantes), pero su gran actuación lo hizo acreedor de un reconocimiento que le abre las puertas a otras peleas de gran magnitud, entre ellas la revancha ante el propio estadounidense.
Las tarjetas de los jurados Steve Weisfeld (114 a 113 para el argentino), Tim Cheatham (empate en 114) y Nelson Vázquez (ridículos 117-111 para Charlo) quedaron en la anécdota, cuando el público que llenó el AT&T Center de San Antonio dio el veredicto inapelable de abuchear al dueño de casa reprobando el fallo.
Es la segunda vez que Castaño no gana una pelea que merece. Sin embargo su figura sale agigantada. Le pasó en marzo de 2019, en el Barclays Center de Brooklyn, cuando también le dieron empate a su pelea contra el cubano Erislandy Lara, actual campeón mediano AMB.
Castaño, de 31 años retuvo su título OMB, se quedó con la bronca de no llevarse las coronas de Charlo, pero se ganó el respeto de los fans del boxeo, que inundaron las redes sociales con mensajes repudiando el fallo sin ser precisamente argentinos, y también de personas vinculadas al deporte.
Así fue como un promotor de primer nivel como Lou Di Bella calificó al empate como “amable con Charlo” o como un gran ex campeón mundial como André Ward en sus redes sociales sentenció como “incompetente” al jurado puertorriqueño Nelson Vázquez y subrayó que “tiene que ser suspendido”.
El boxeo es desde tiempos inmemoriales un deporte de apreciación, pero la tecnología vino en su ayuda y así Compubox registró que Castaño conectó más golpes de poder, tanto en porcentaje (41% a 40%) como en totales (164 a 98), además de dominar los impactos totales también en ambas categorías (30% a 28% y 173 a 151).
Aunque lo que más define la superioridad del argentino es el cómo se desarrolló una pelea que respondió con creces a la expectativa: se peleó como Castaño quiso. Pese a ser superado en envergadura y alcance por el estadounidense, planteó muy bien su estrategia, avanzando con la guardia cerrada y llevando la iniciativa con rápidos ataques.
La contra de Charlo que lo puso en malas condiciones en el décimo round fue su mayor error cuando sus ventajas eran claras, pero el mal momento sirvió también para que aflore su guapeza y su excelente condición física.
La casa de los San Antonio Spurs de Emanuel Ginóbili asistió a una consagración que no necesitó de un triunfo. El pibe que barría calles en La Matanza y se “colaba” en la popular de Almirante Brown cumplió con su promesa antes del combate: “Va a ser una guerra, no los voy a defraudar”, había dicho en la previa Castaño.
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