Esa costumbre de dominar solo los primeros minutos
Edición Impresa | 7 de Julio de 2021 | 04:22

La Selección juega y domina los primeros minutos de cada partido. Así lo hizo en sus presentaciones en las Eliminatorias Sudamericanas y en todos sus partidos en la Copa América. Anoche no fue la excepción
El partido empezó a pedir del equipo de Lionel Scaloni: a los 6 minutos se puso en ventaja por intermedio de Lautaro Martínez, situación que ya se había empezado a instalarse tras un gran arranque y con dos chances previas.
Después de ese gol se prolongó el buen momento y dominio, pero cada vez más repartido. Hasta que a los 24 minutos, la “hora de la Cenicienta” para la Selección, todo fue de Colombia que estuvo cerca y hasta mereció empatar el juego. Misma situación vivida con Chile, Uruguay, Paraguay y hasta Ecuador, más allá de la goleada del final.
“Nos perjudicó hacer un gol”, dijo la comentarista de la TV Pública y la frase se hizo, rápidamente en tendencia número 1 en Twitter en Argentina. Para bien, para mal, para la burla o para lo que sea esa frase fue el debate del “pueblo” futbolero en las redes sociales.
Lo concreto es que más allá de que si lo perjudicó o no, está claro que el equipo cometió el mismo error o la misma tendencia de otros partidos: se retrasó en el campo y le cedió la pelota a su rival, que empezó a dominar territorialmente el partido.
Para recuperar el dominio Scaloni tuvo que meter mano al banco de suplentes. De arranque Gonzalo Montiel tuvo que reemplazar a un flojo Nahuel Molina (su ingreso no fue u salto de calidad ni mucho menos), al tiempo que Ángel Di María y Leandro Paredes lo hicieron minutos más tarde.
En el caso de Paredes lo hizo como volante por la izquierda, ya que Guido Rodríguez quedó en claro que necesitaba ayuda para contener los avances colombianos. A los 15 minutos, media hora después del dominio rival, el DT decidió hacer el cambio.
Mucho más tarde fue el ingreso de Di María, que recién pisó la cancha a los 20 minutos, cuando el equipo hacía tiempo que pedía a gritos un jugador capaz de tener la pelota y, aunque con sus corridas verticales, sea capaz de alejar el balón de su propia área.
Lo Celso, con sus conocidas intermitencias, fue el único jugador capaz de poner equilibrio y ser un socio para Lionel Messi, que al igual que el resto de sus compañeros ingresó en ese túnel oscuro que repitió en cada partido de este año y todavía nadie pudo explicar o encontrarle una solución. Anoche no fue la excepción y salvo los primeros minutos perdió todo el dominio.
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