Trenes y colectivos deben respetar los nuevos cupos y cumplir con las frecuencias

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A partir de anteayer las autoridades nacionales decidieron aumentar la capacidad de pasajeros en colectivos y trenes, en lo que resulta ser una de las flexibilizaciones de mayor magnitud entre las otras ya dispuestas, dado el enorme volumen de pasajeros que se traslada en las distintas líneas de colectivos y ferroviarias de nuestro país.

Sin dudas que la medida puede considerarse como acorde a la liberación de muchas actividades y positiva, siempre que se respeten los nuevos protocolos que se establecen y que, al mismo tiempo, no se disminuyan las frecuencias de los servicios.

Tal como se informó en este diario, los anuncios del Presidente y el texto del decreto 494/2021 redefinieron los parámetros de alarma epidemiológica y sanitaria en el país relacionados al coronavirus, en una medida que, según dice, contempla el avance en el plan de vacunación.

La resolución determina la ampliación del uso del transporte público en zonas que no sean consideradas de alto riesgo, aunque se mantiene la recomendación de utilizar medios alternativos de movilidad personal siempre que sea posible, a los fines de evitar aglomeraciones en el transporte público, en especial durante los períodos denominados de hora pico.

En lo que hace al transporte de colectivos, se implementarán medidas para ampliar la capacidad de personas en las líneas urbanas y suburbanas, que deberán circular con una cantidad de pasajeros que no supere la capacidad de asientos disponibles, con excepción de los horarios de mayor requerimiento del servicio y ante el exceso de demanda, donde podrá ampliarse hasta 20 pasajeros y pasajeras de pie (antes el límite era 10).

Para el transporte ferroviario de pasajeros metropolitanos y regionales de jurisdicción nacional, la norma establece que las formaciones deberán circular con una cantidad de usuarios que no supere la capacidad de asientos disponibles, y en horarios de mayor demanda podrán incorporar hasta cuatro personas paradas por metro cuadrado.

Se ha dicho en innumerables ocasiones en esta columna que las medidas de prevención -el confinamiento, el distanciamiento social, el uso de barbijos, la higiene- cobran sentido y validez si se las hace cumplir a todos por igual.

Una condición que, lamentablemente, no se cumplió ni se hizo cumplir en forma cabal, permitiéndose muchas veces desbordes multitudinarios y, en cambio, reprimiéndose con extrema rigurosidad casos individuales que, por sus especiales características, debieron ser eximidos.

Existieron y siguen existiendo en la actualidad aglomeraciones de personas en muchos lugares. Se puede hablar de fiestas clandestinas, de saladitas o ferias que concentran cotidianamente a miles de personas en lugares pequeños y hasta cerrados. O de partidos de fútbol informales, que se disputan en plazas o en canchas que cuentan con tribunas que se colman de espectadores.

Lo cierto es que el curso de la pandemia ha permitido extraer experiencias y aprendizajes colectivos. La mayor parte de la sociedad ha cumplido a rajatabla con las recomendaciones sanitarias.

Ahora, con la apertura gradual de las actividades, son los distintos sectores los que deben extremar esfuerzos para acatar los protocolos. Y, como se ha dicho, le corresponde en estas horas a los responsables de las líneas de colectivos y ferroviarias mostrase a la altura de las responsabilidades, garantizando una prestación segura para los millones de pasajeros que hacen uso de esos servicios.

 

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