A diez cuadras de distancia, dos asaltos contra tres mujeres dentro de su casa

En 55 entre 22 y 23 una banda entró con llaves y sorprendió a la dueña y una empleada. En 65, 22 y 23 golpearon a una jubilada

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Nadie puede aseverar si dos asaltos cometidos en una misma zona, en apenas 10 cuadras de distancia, se apoyaron sobre tareas de inteligencia previa que les haya posibilitado a los delincuentes saber que se iban a encontrar con mujeres en ambos domicilios.

Pero lo cierto es que en la madrugada de ayer, en una vivienda situada en 65 entre 22 y 23, entre dos y tres delincuentes violentaron una de las aberturas y se colaron mientras la propietaria, de 81 años, se encontraba durmiendo.

Los ladrones decidieron despertarla bruscamente a las 3 de la mañana para que les dijera dónde guardaba sus ahorros.

Una fuente policial que trabaja en la investigación del ataque reveló que, para amedrentarla, los intrusos la golpearon despiadadamente y principalmente en el rostro.

Recién cuando notaron que la jubilada estaba muy afectada física y emocionalmente por ese castigo corporal, los delincuentes se abocaron a que lo los había llevado hasta ese domicilio: robar todo lo de valor que tuvieran a su alcance.

El mismo vocero informó que, al cabo de permanecer un rato revisando muebles y cajones, finalmente escaparon con “dinero y objetos de valor”.

Una vecina de la víctima le contó ayer a la mañana a este diario que “la señora tuvo que ser internada por los golpes que le dieron”.

La vecina apuntó que “su esposo también está internado desde antes, pero por otra causa”.

Asimismo, señaló que “esta vecina siempre está muy atenta a cualquier presencia sospechosa en la cuadra y en más de una ocasión ha advertido sobre situaciones de riesgo a otros vecinos del barrio. Pero, bueno, la sorprendieron durmiendo a la madrugada”, lamentó la vecina que pidió reservar su identidad.

La mujer no dudó en calificar al barrio de “muy inseguro”. Y sumó al respecto que “ya hubo casos de entraderas y circulan muchos motochorros, que están al acecho para asaltar a alguien en cualquier momento”.

Tal es el nivel de preocupación de los vecinos por el flagelo de la inseguridad, que “hace un tiempo tuvimos que financiarnos el sistema de Alarma Vecinal”, indicó la mujer.

“ENTRARON CON LAS LLAVES”

El restante asalto en la zona se produjo pasado el mediodía del jueves en una vivienda de 55 entre 22 y 23, en momentos en que en su interior se hallaban la dueña y su empleada doméstica.

Pero lo más curioso del episodio fue que los asaltantes ni siquiera tuvieron necesidad de violentar alguna puerta o ventana para acceder hasta donde estaban ambas mujeres.

Recién al notar que la mujer estaba muy afectada, los ladrones dejaron de golpearla

Tanto la Policía como un hijo de 41 años de la propietaria de la vivienda, revelaron a EL DIA que los asaltantes ingresaron con las llaves de la puerta de entrada.

Ayer, el familiar estaba cambiando la cerradura de esa puerta.

Sobre el episodio, contó que “fue a las 12.45 (del jueves), cuando se metieron tres delincuentes y dos cómplices se quedaron afuera”.

Según las víctimas, un ladrón hablaba con cómplices a través de un intercomunicador

Enseguida refirió que “la empleada de mamá escuchó ruidos de llaves en la cerradura de la puerta, pero supuso que sería algún familiar”.

Lamentablemente, los visitantes fueron otros y los menos deseados.

El hombre además puntualizó que “estos tipos las hicieron ir hasta la planta alta y las obligaron a entrar a una habitación, donde las ataron de pies y manos”.

Claro que el principal interés de los asaltantes era enfocarse sobre su propietaria, de 62 años, para que les precisara dónde guardaba el dinero y otros efectos de valor.

Su hijo reveló que para que no dudara en hacerlo, los ladrones recurrieron a frases intimidatorias como “estás regalada”, “mirá que te entregaron” ó “sabemos que tenés plata”.

La situación para las dos mujeres duró “40 minutos”, según precisó el hijo de la dueña de casa. Luego, mencionó que “uno de los delincuentes, el que estaba armado y que se mostraba más nervioso, usó un intercomunicador para contactarse con los que esperaba afuera”.

 

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