El Lobo y la necesidad de rearmarse y sumar juego y puntos
Edición Impresa | 8 de Agosto de 2021 | 03:23

Por FACUNDO ACHE
Gimnasia enfrenta un partido con obligaciones ante Atlético Tucumán. Necesita ganar para olvidar el mal trago en Florencio Varela y para ir ganando confianza mientras intenta ser un nuevo equipo con la impronta que la dupla Martini-Messera supo imprimirle al juego entre el final de la Copa Maradona y las primeras fechas de la pasada Copa de la Liga.
El estado de reconstrucción permanente no es sencillo. Primero se fueron Goltz, Broun, Paradela y Caco García. Últimamente, Weigandt, Víctor Ayala y Barrios. Independientemente de que algunas bajas hayan sido bien reemplazadas y otras sean decisiones naturales (especialmente la salida de Lucas Barrios), siempre el tiempo es necesario. Y más cuando entre lesiones y refuerzos tardíos, el plantel recién estará disponible en la sexta fecha del torneo.
Dormido frente a Platense, cauteloso ante Racing, combativo contra Central, Gimnasia pareció intentar amigarse con la pelota en el primer tiempo frente a Defensa y Justicia. No lo logró. El segundo tiempo y especialmente la manera en que el 2-0 se convirtió en 2-3 (con horrores defensivos a los 41 y 49 minutos) generó bronca, preocupación y malestar. Pasó en 8 minutos de virtual puntero a la ignominia. Y es fútbol. Alguna vez le pasó a Timoteo (en el Bosque, contra Rafaela), muchas veces Gimnasia estuvo del otro lado del mostrador con los brazo en alto al final del cotejo. Lo que a favor es remontada hazañosa, juego y garra, cuando toca en contra casi exime de virtudes al rival –que en el caso del equipo de Becacece las tuvo, y muchas- y solo busca culpabilidades propias, si es con cabezas servidas en bandeja, mucho mejor.
Hasta ahora son mejores los números que el juego, sin la confiabilidad de los mejores días y sin –siquiera- poder ganar aire y metros buscando a Johan Carbonero. El viernes frente a Colón tendrá al colombiano y a Maxi Coronel (en este equipo, recontra titular), además de una versión mejorada del Pulga Rodríguez, carente de ritmo de juego hasta ahora. Y adelante, el cuerpo técnico espera poder contar con el delantero que pidieron en enero y llegó recién esta semana. Rodrigo Holgado trae buenos antecedentes desde el otro lado de la Cordillera, goles con Coquimbo y Audax Italiano que deberá refrendar en un fútbol más complejo y con menos espacios como el nuestro.
El Lobo recupera a Germán Guiffrey, en su mejor momento desde que debutó. Hoy, tendrá la chance de ser el “9” Alexis Domínguez. Mostró potencia y ganas. Las tuvo Contín, quien sin goles no pudo sostenerse en el puesto (su salida, igual que la de Fratta, tiene raíces futbolísticas y no físicas más allá de que por molestias ambos estén fuera de la lista de convocados), por eso el ex Tristán Suárez sabe que la oportunidad es inmejorable, pero se corona con un grito. Que puede ser su trampolín personal y –a al vez- la mejor forma de llegar armado al 18, cuando enfrente a Argentinos Juniors por esa Copa Argentina que siempre le ha dado guiños y esta vez tiene el plus emotivo de ser el último trofeo besado por Diego Maradona en aquella noche de Quilmes.
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