Tercera ola y variante Delta: cómo hizo Gran Bretaña para evitar el caos sin cerrar las escuelas

Gran Bretaña logró transitar la tercera ola de coronavirus con la variante Delta sin cerrar las escuelas este verano. Incluso sin la utilización obligatoria del barbijo en las aulas y unas tantas medidas que fueron cuestionadas desde el sistema sanitario nacional. 

Pero ¿cuáles fueron esas medidas? A diferencia de países como Estados Unidos, que tiene un alto alcance de vacunas contra el covid pero un gran porcentaje de antivacunas, Gran Bretaña tiene el 66,7% de la población con al menos una dosis.

Desde los dos partidos principales del país, el Laborista y el Conservador, coincidieron siempre en que era importante evitar el uso de tapabocas entre los más chicos, en pos de ayudar a la comunicación y la sociabilización. De hecho, la vacunación allí está aprobada para jóvenes desde los 16 años.

La variante Delta dejó dos pautas respecto a las clases presenciales: al comenzar el ciclo escolar hubo un aumento considerable de casos y al finalizar, la misma se redujo notablemente. Algunos expertos niegan que esto tenga que ver con el fin del ciclo anual, comentando que esta reducción comenzó antes. En este periodo, el país pasó de tener 600 casos diarios (en menores de 20 años) a 12000 desde mayo hasta julio.

Sin embargo, el Gobierno declaró que los casos en las aulas tenían una coherencia respecto a los casos que vivía el país. Una de las estrategias que se utilizó fue proveer testeos rápidos para el grupo familiar, con el objetivo de realizar estas pruebas a los niños en edad escolar dos veces por semana. Además, se dividió a los alumnos en grupos y, quienes estuvieron en contacto con un caso positivo, debían mantener 10 días de cuarentena obligatoria.

El personal docente fue vacunado en un 90% al momento de regresar. En las aulas de los más chicos no fue obligatorio el uso de barbijo pero sí en ciertos casos en la secundaria. Debido a la gran cantidad de menores en cuarentena durante la ola de la variante Delta, Reino Unido registró una baja de alumnado regular de por lo menos un millón de chicos. 

En pos de obtener más información sobre el comportamiento del virus dentro de las aulas y sin el barbijo obligatorio, se implementó una investigación en establecimientos de educación superior. Involucró a quienes hayan estado en contacto con un caso positivo. Un grupo fue aislado y el otro pudo seguir asistiendo, siempre con el testeo negativo de forma diaria. El resultado fue que en ambos casos, los contagios no superaron el 2%.

Esto podría ser una salida a la problemática de la presencialidad o bien, ser un experimento que puede tener un impacto importante a nivel social, eso quedará para el tiempo. Lo que se confirmó es que desde el próximo año, ningún alumno menor de edad se verá obligado a aislarse si entra en contacto con un caso positivo.

 

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