Egresada de la UNLP desarrolla un purificador de agua con una idea innovadora
| 29 de Septiembre de 2021 | 20:00

Desde el laboratorio perteneciente al CINDECA (Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias Aplicadas), ubicado en la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP, Belén Peroni recibe al diario El Día para contar todo sobre el proyecto de “Remediación de aguas utilizando catalizadores”.
Belén trabaja en conjunto con la directora del proyecto, Mónica Casella y la codirectora, María Jaworski. Esta idea surge de la necesidad de tratar de eliminar los contaminantes que perjudican altamente a la salud de los consumidores, como lo son el nitrato, bromato, arseniato y clorato.
El proyecto, cuenta la ingeniera química egresada de la UNLP y en camino a un doctorado, consiste en eliminar estos contaminantes a través de la reducción catalítica, usando hidrógeno y transformarlos en productos inocuos. Esto representa una ventaja sobre otras alternativas de eliminación porque los convierte en inofensivos.
Peroni aclara que en la ciudad de La Plata no se corre riesgo de encontrarlos pues, el agua es apta para consumo. Además, cuenta que el gusto a cloro que se puede percibir es debido a los procesos de desinfección a la que se la somete. Sin embargo, en zonas más agrícolas como Junín sí se puede encontrar por el uso de fertilizantes en los campos.
El foco de esta purificación de aguas utilizando catalizadores está puesto en “tratar de encontrar la forma más económica de llevar a cabo esta reducción de contaminantes”, detalla. La ingeniera química de la UNLP está segura de que la mejor forma de almacenar agua para el futuro es invirtiendo, tanto desde el sector privado como el público, en plantas de tratamiento para cuidar a los focos naturales de acumulación como los glaciares de agua dulces.
¿Con qué otros proyectos debería sustentarse éste para poder llevarse a cabo?
Con la revalorización de desechos agrícolas, por los que se pueden obtener carbón activado para usarlo como soporte o absorbente. Este proyecto tiene dos ventajas: una es abaratar costos de uno de los materiales (el carbón) y el otro revalorizar uno de los residuos para minimizar el volúmen de un residuo.
¿Las plantas de potabilización de agua actuales llegan a cubrir las necesidades de una población que también aumenta su consumo permanentemente?
No, cada vez se contamina más. Lo que hacen las plantas de tratamiento es realizar la tarea que la naturaleza hace sola pero de forma acelerada. Lo óptimo sería que se equilibren estos tiempos de generación y depuración de contaminantes.
Belén Peroni cuenta que, para calcular el tamaño de una planta de este tipo en nuestra ciudad, se necesitaría saber la cantidad de población y el caudal a tratar. Puntualmente este proyecto está en la primera etapa, la de laboratorio y una vez superada, se pasa a la etapa de aumentarla a escala.
¿Necesitan financiamiento?
Siempre se necesita financiamiento. Agradezco al Conicet y a la Universidad que nos apoyan. Hay diferentes organismos que, si salimos adjudicados, nos dan un soporte económico para comprar reactivos. De lo contrario, se traba bastante el proyecto. La tardanza se aboca a cuestiones económicas porque usamos metales muy caros. Estos son necesarios por una cuestión química. Estamos tratando de que sea más económico, sino sería inviable.
Según explicó, sacar estos componentes evitaría enfermedades graves. El arseniato y el bromuro son carcinogénicos, el nitrato causa metahemoglobinemia en los bebés y niños (deficiencia en el oxígeno en sangre) y el clorato problemas en la tiroides. “Por eso es muy importante minimizar estos contaminantes al valor menor al establecido por la OMS”, cierra.
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