La final de “La Voz”: Francisco ganó, pero a Luz le espera un futuro grande
Edición Impresa | 6 de Septiembre de 2021 | 03:51

Alguno podrá decir que la increíble saga de Luz Gaggi no tuvo final feliz. La oriunda de City Bell que quería ser bailarina, que creció y creció en cada emisión de “La Voz” y se convirtió en sensación, no pudo ser la primera mujer en ganar el concurso: quedó segunda en la final del reality de Telefé, en la que se consagró Francisco Benítez gracias al voto popular. Y sin embargo, si algo quedó claro anoche, si algo se encargaron de dejar en claro los coaches, es que a la platense, que se llevó medio millón de pesos de premio, le espera un futuro grande en la música.
Luz, parte del team Mau&Ricky, era una de las cuatro finalistas del certamen, y quería ser la primera mujer en ganar en la historia del reality de Telefé. Pero el ganador sería finalmente Francisco Benítez, el joven de 22 años de Colonia Tirolesa que representó al team La Sole; Nicolás Olmedo, de Misiones, por el team Lali, quedó tercero, y Ezequiel Pedraza, de Río Cuarto, por el team Montaner, fue cuarto en la final.
Francisco Benítez se consagró campeón de la edición 2021, mientras que Luz llegó segunda
En la velada, cada participante cantó dos canciones: una en solitario y otra junto a su coach. La noche comenzó con los cuatro finalistas cantando “Amor clasificado”, el tema de Rodrigo, y rápidamente salió a la cancha Nicolás Olmedo para cantar “Resistiré”, el primero de sus dos temas. Llegó luego lo que esperaba La Plata, que para entonces ya copaba las redes pidiendo votos para Luz: la cantante de City Bell interpretó en el primero de sus dos turnos “La Boca, junto a Mau y Ricky, un tema que no le permitió lucirse como lo haría su segunda salida.
Luego vino Francisco Benítez, quien aprovechando la emoción e intensidad que transmite su voz y su historia eligió “Gracias a la vida” y entregó uno de los momentos más emotivos de la noche. La velada continuó con Montaner cantando “Déjame llorar” junto a Ezequiel Pedraza y cerrando la primera ronda.
Y entonces volvió luz a escena, para interpretar en solitario “Halo”, clásico de Beyonce, un tema que le quedaba justo a su potente voz: en la interpretación, la platense pudo desplegar su increíble arsenal de recursos y matices para ir creciendo estrofa a estrofa, compás a compás, en una performance dominada por la emoción que puso al borde de las lágrimas a La Sole.
Luz cerró así su participación en el certamen de Telefé, y todos los coaches le prodigaron grandes halagos en la última devolución. Incluso, Montaner, que alguna vez le dijo que es la mejor cantante que escuchó en las ocho ediciones en las cuales fue jurado, le tiró que más allá de quien ganara, tiene un gran “futuro internacional”.
MÁS MÚSICA
Mientras los votos ya superaban para entonces los tres millones, salía otra vez a escena Nicolás Olmedo, la voz más clásica y pop de las cuatro, para cantar junto a Lali “Amor es presente” en su segunda función.
Luego vendría “Aunque me digas que no”, que cantaron juntos La Sole y Francisco Benítez, y la última participación fue la de Ezequiel Pedraza, que se puso romanticón con “Entrégate”.
En términos generales todos coincidieron: entre los videos de familiares y los nervios de la final, todos los participantes no pudieron lucirse como en instancias previas. Pero el “Halo” de Luz y algunos momentos potentes de Benítez se destacaban como los instantes de mayor vuelo de la última velada de “La Voz”. El público consagró finalmente a Francisco, que llegaba como el favorito junto a Luz.
EL CAMINO DE LUZ
Así, Luz quedó segunda, el final de una saga que emocionó a toda la Ciudad, pero que es solo el comienzo de su carrera. Luz comenzó su vida queriendo ser bailarina, pero un accidente le frustró aquel sueño. El canto fue el refugio de aquel sueño truncado, pero de repente descubrió que tenía un don extraordinario, algo que descubrían también en el colegio Esquiú de City Bell, donde maravillaba a todos con sus interpretaciones.
Sin embargo, cuando Luz entró a “La Voz”, todos le señalaban que a su enorme don le faltaba convicción, “creérsela”. Gabriela Gaggi, madre de Luz, contó antes de la final que Luz ama lo que hace y “viene sembrando desde hace un montón”, estudiando y trabajando su voz, pero “lo que pasó acá es que recibió de parte del coacheo” la confianza que le faltaba, y eso derivó en “una transformación personal y profesional: hubo una evolución hermosa, donde su personalidad empezó a aflorar”.
Esa evolución se dio paulatinamente a lo largo de las distintas instancias de “La Voz”. Luz arrancó en las audiciones a ciegas con “One and Only”, tema de Adele y con el que dejó a todos con la boca abierta. Siguió con “No importa la distancia”, de Ricky Martin, haciendo dúo con Magdalena Cullen (otra de las semifinalistas), y continuó con la potente versión del clásico “Billie Jean”, de Michael Jackson. En los playoffs, quizás su mejor actuación, la rompió con “El farsante”, al punto que el propio Ozuna la felicitó en las redes y comenzó a seguirla en su cuenta de Instagram. En los cuartos emocionó al público con “Chandelier” de la australiana Sia (La Sole aseguró que su versión fue mejor que la original), y el jueves le puso el broche de oro con “Jealous”, de Labrinth, que dejó a todos sin palabras.
Para entonces, Luz ya era un fenómeno viral, duplicando y triplicando al resto de los finalistas en reproducciones de Spotify, donde ya alcanza casi medio millón de escuchas. Fue una de las favoritas de una audiencia que se convocó cada noche frente al televisor para convertir a “La Voz” en el gran fenómeno de esta segunda mitad de año: el programa de Telefé terminó con 24 puntos de rating, y se recibieron 4.600.000 votos. Todas esas personas ya saben de la potencia de la voz de Luz Gaggi: un futuro grande le espera a esa chica de City Bell que, simplemente, no quiso dejar de creer en sus sueños contra las adversidades de la vida.
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