Mucho dolor durante la marcha por Báez Sosa
Edición Impresa | 19 de Enero de 2022 | 04:24

“Fernando ya no está” y nada podrá cambiar ese vacío en el corazón de sus padres, del resto de sus familiares ni del recuerdo de sus amigos. Eso quedó claro ayer, en el acto que se llevó a cabo en la puerta del local bailable “Le Brique”, en pleno centro geselino, donde el joven fue asesinado a golpes por una patota.
Para Graciela Sosa y Silvino Báez, visitar ese lugar fue muy duro. Era la primera vez que ambos se encontraban en la escena del crimen. Y sólo salieron adelante abrazados, apoyándose en el cariño que las decenas de asistentes les brindaron durante toda la duración de la movilización.
La ceremonia interreligiosa, de la que participaron representantes de cinco religiones (la católica apostólica, la anglicana, el judaísmo, la musulmana y la mormona), comenzó pasadas las 19 horas en la avenida 3, en medio de la llovizna que caía sin cesar.
Bajo el lema “Amor para todos, odio para nadie”, los manifestantes alzaron pancartas con reclamos de justicia y banderas con la imagen de Fernando, mientras que un moderador con micrófono fue presentado a cada uno de los oradores.
Cuando Graciela llegó a la puerta del boliche, horas antes del acto, se arrodilló, prendió una vela y le rezó un rosario a la memoria de su hijo. No pudo aguantar el dolor y tan solo permaneció durante unos minutos. Agobiada, debió regresar a la casa donde se hospeda junto a su marido.
Es que la mujer reconocía cada rincón de la escena en las imágenes de los videos que muestran el ataque a Fernando. La vela que dejó allí, apenas le brindó “un poco de paz”.
Todavía no comprende cómo chicos de la edad de su hijo pudieron darle muerte de forma tan brutal y absurda.
“SOLO PIDO JUSTICIA”
Los religiosos fueron los primeros en tomar la palabra, con algunos mensajes dirigidos a la multitud que se había reunido. Hubo aplausos y oraciones, al tiempo que los manifestantes gritaban por “perpetua” para los asesinos.
“¡Justicia!, ¡justicia!”, exclamaron antes de que tomara el micrófono Silvino, quien agradeció a todos los presentes. Seguidamente, sostuvo que los detenidos por el homicidio “decidieron quitarle la vida” a su hijo y pidió “eternamente a todos” que los “sigan acompañando en esto”, hasta que alcancen “a la verdad de la justicia”.
“Fernando era un chico excelente, le gustaba Villa Gesell, venir al mar”, recordó. Entonces le cedió el micrófono a Graciela. La gente, al verla abrumada por el dolor, comenzó a gritarle “¡Fuerza!”.
Con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada, la mujer exclamó que “han pasado dos años y para mí es como si fuera ayer cuando recibimos la peor noticia de nuestras vidas”.
“Que esto no quede en la nada, quiero justicia por mi hijo”, indicó Graciela, quien sostuvo que su vida “está destrozada para siempre” ya que era Fernando quien les “daba fuerza” para seguir y los “cuidaba”.
Con un hilo de voz, reclamó: “Le arrebataron la vida de una manera injusta”.
En otro tramo de su alocución, describió a su hijo como un joven “solidario” que ayudaba a sus amigos ni “discriminó a nadie”.
“Siempre seremos así y aprenderemos a convivir con el dolor y seguir nuestra vida como podamos, tal vez alguna vez encuentre aunque sea un poquito de paz, un poquito de calma, el día que vea enjuiciado a los asesinos de mi hijo”, aseguró la mujer.
En esa línea, añadió: “Yo solo pido justicia y con la ayuda de todos ustedes sé que lo vamos a lograr”. Por último recordó que ella y Silvino no conocían el océano y que era Fernando quien les decía que el “mar era un lugar hermoso donde había mucha paz”.
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