Un barrio asediado por los asaltos pide la intervención de la Policía

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Hace más de cinco años, al barrio La Loma los propios vecinos le habían puesto el mote de “la capital de la entradera”, debido a los innumerables asaltos bajo esa modalidad que se cometían día a día. No es equivocado decir que esa realidad se modificó para bien, aunque el alivio duró poco. Desde hace por lo menos un año, los robos violentos regresaron con fuerza a esa parte de la Ciudad. Basta recordar y analizar lo ocurrido en los últimos tres meses, donde los casos se acumulan y las víctimas terminan heridas de forma física o psicológica.

A merced del delito

Emilia Susana González, quien vive en la zona de 21 y 49, apuntó que la vecindad está sitiada por los delincuentes. En diálogo con este diario, sostuvo que “el domingo pasado entre las 8 y las 9, le sacaron los parlantes del auto de mi hijo”.

En esa misma esquina, “le arrebataron el celular a un chicho que caminaba a plena luz del día”. Además, recordó el salvaje asalto a la veterinaria Islas Malvinas, que funciona en 51 entre 21 y 22. En ese episodio, los delincuentes maltrataron a una empleada y se llevaron a Galo, un perro que estaba en la guardería y que, por fortuna, regresó con sus dueños. “La Policía nos dice que no tiene personal suficiente como para prevenir robos”, cerró González.

La ola de ataques comenzó mucho antes de noviembre, pero a fines prácticos se detallaran cuatro hechos particulares.

El primero ocurrió el 5 de noviembre en una casa situada en 28 entre 45 y 46. Ese día, los damnificados, un matrimonio de italianos, sufrieron el segundo asalto de sus vidas. Tres ladrones barretearon la puerta de entrada del domicilio y subieron la escalera que conduce a la planta alta para sorprender a la pareja mientras dormía. A la mujer, de 79 años, le dieron un cachetazo en el rostro y el hombre, de 86, les rogó que no los lastimaran. Finalmente, los ladrones escaparon con 50 mil pesos, una cadenita de oro, dos relojes y hasta una botella de whisky.

El 19 del mismo mes, por la tarde, cuatro malvivientes encañonaron a tres jóvenes y se llevaron notebooks, dinero y joyas de una vivienda emplazada en 45 entre 23 y 24. Los encerraron en una de las habitaciones del inmueble y trabajaron “a sus anchas”.

Forzaron una persiana

En diagonal 95, 43 y 26 “entre las 12 del mediodía y las 2 menos diez de la tarde”, escruchantes saquearon el domicilio de Graciela Ruiz (60) y su familia. Forzaron una persiana, rompieron un mosquitero e ingresaron al interior para apoderarse de 600 dólares; $70.000 y varias joyas. Para las víctimas, en el atraco “hubo inteligencia previa”.

Por último, el 14 del corriente a las 23 horas, dos sujetos que esperaban agazapados en el fondo de una finca de 44 entre 30 y 31, se abalanzaron sobre la dueña, la ataron de pies y manos y durante 50 minutos revisaron todo el lugar. Huyeron con dinero en efectivo, prendas de vestir y alhajas.

 

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