Malestar en la CGT por el “desplante” y “ninguneo” del Presidente

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“No nos llaman ni para poner al portero”. La frase, que dejó trascender un importante dirigente de la CGT, resume a la vez la bronca, la sorpresa y la evidente sensación de “ninguneo” con la que en la central obrera recibieron ayer la designación de Raquel “Kelly” Kismer de Olmos en el Ministerio de Trabajo como reemplazante de Claudio Moroni. No tanto por el nombre de la flamante funcionaria (veterana militante del PJ porteño, feminista y de pasado menemista), sino por la forma en la que el presidente, Alberto Fernández, resolvió el nombramiento en un área clave para los intereses sindicales, en plena reapertura de paritarias y mientras la inflación va camino al 100% anual.

El malestar general que se palpaba en la cúpula de la CGT apuntaba principalmente al jefe de Estado por haber decidido el nombre de Olmos encerrado en su círculo íntimo, sin consultar la opinión de los caciques gremiales, que incluso le habían hecho llegar (informalmente) su propia lista de candidatos para suceder a Moroni.

Desde algunos sectores cegetistas, por caso, apostaron por la continuidad de la gestión de Moroni (cuestionado por el kirchnersimo) con el ascenso del secretario de Trabajo, Marcelo Bellotti. Otro grupo sindical propuso a Marta Pujadas, la histórica abogada de la Uocra. Y también se mencionó el regreso al gabinete de Julián Domínguez.

Pero el Presidente desistió de todos esos nombres y optó por avanzar con la designación de Kelly Olmos, en una estrategia que el sindicalismo interpretó como un nuevo “desplante”.

“Está claro que la CGT no fue consultada ni tenida en cuenta para cubrir el Ministerio de Trabajo”, se lamentabó un dirigente de peso de la central obrera y completó: “Kelly no es de Héctor Recalde ni de Víctor Santa María, en todo caso, responde más a Daniel Scioli que a ellos. Trabajó hasta hace poco con Javier Mouriño (exsecretario General de Scioli)”, con quien Olmos compartió la agrupación Guardia de Hierro en los años 70, mientras que en los ‘90, se recordó ayer, ambos militaron en las filas menemistas.

 

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