Mata Hari, la leyenda De bailarina exótica a doble agente

El 15 de octubre de 1917, la espía más famosa y seductora de la historia era ejecutada en París. Cuando sus verdugos le preguntaron si tenía alguna revelación que hacer, dijo: “Ninguna, y si la tuviera, me la guardaría”

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Tenía solo 41 años cuando se enfrentó a un pelotón de fusilamiento el 15 de octubre de 1917, acusada de espiar para Alemania durante la Primera Guerra Mundial.

En el 105 aniversario de su muerte, aquí va un resumen de su vida de erotismo e intriga que atrajo a una serie de amantes, incluidos ministros, oficiales militares y diplomáticos de ambos lados del frente de batalla.

Nacida como Margaretha Geertruida Zelle en los Países Bajos, huyó a París en 1903 a los 27 años para comenzar una nueva vida después de un conflictivo divorcio.

Había estado casada con un oficial del ejército mayor que tenía su base en las antiguas Indias Orientales Holandesas, ahora Indonesia, donde vivió durante algunos años.

Sin un centavo en París, esta cautivante mujer se reinventó a sí misma, convirtiéndose en bailarina de striptease y tomando el nombre de “Mata Hari” (“Ojo del día” en indonesio), aparentemente en una referencia al sol.

Su fama como una belleza exótica se extendió rápidamente por toda Europa y se convirtió en una celebridad, también llamando la atención por sus muchas aventuras amorosas.

Sus “danzas sagradas” orientales empujaron los límites de la Europa anterior a la guerra y, a menudo, parecía que vestía apenas un sostén enjoyado.

“En su época, llegó a ser tan famosa como Madonna”, afirmó el Washington Times en una reseña de un libro de 2007. “Cuando fue ejecutada por los franceses por espionaje en 1917, era quizás la persona no perteneciente a la realeza más famosa de Europa, y tal vez del mundo”.

De prostituta a espía

Sin embargo, en 1914 su popularidad estaba decayendo. Se convirtió en prostituta en París, entreteniendo a los ministros y haciéndose conocida por sus extravagantes fiestas.

Sin dinero, debido a su dispendioso tren de vida, aceptó en 1916 una oferta de un diplomático alemán para pagar sus deudas si espiaba a Francia.

Mata Hari ofreció luego sus servicios a la oficina de contraespionaje de Francia, donde los agentes ya sospechaban de ella. Le dieron varias misiones pero la mantuvieron bajo vigilancia.

Las sospechas francesas se profundizaron cuando solicitó un pase para viajar a Vittel, cerca del frente oriental y donde se estaba construyendo un nuevo aeródromo militar.

Dijo que su visita era para ver a un joven oficial ruso que era su amante.

Luego, en enero de 1917, las autoridades francesas interceptaron un cable de información de Alemania que parecía identificar a Mata Hari como su “Agente H 21”.

Fue arrestada y acusada de ser una doble agente.

En la fría mañana del 15 de octubre de 1917, Mata Hari fue ejecutada en el suburbio parisino de Vincennes, después de que el presidente Raymond Poincaré rechazara su pedido de clemencia.

Los testigos escribieron que vestía una capa larga de terciopelo negro con adornos y un gran cuello de piel.

Se dice que rechazó una venda en los ojos y lanzó besos a sus verdugos.

Cuando un empleado militar le preguntó si tenía alguna última revelación para hacer, respondió: “Ninguna, y si la tuviera, me la guardaría”.

La considerada como última “femme fatale” ha inspirado una docena de películas, numerosos libros, obras históricas, exposiciones e incluso una pieza coreográfica del Ballet Nacional Holandés.

Su estatus icónico se consolidó en 1931 cuando la actriz sueca Greta Garbo la interpretó en una película titulada “Mata Hari”.

Sin embargo, la naturaleza y el alcance de sus actividades de espionaje siguen siendo inciertos y su culpabilidad todavía es ampliamente cuestionada hoy en día.

“Ella nunca brindó la menor información válida, ni a los alemanes, ni a los franceses”, según publicó la revista francesa Le Point en 2016, haciéndose eco de una opinión expresada en otros medios.

 

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