La cruda mirada sobre nuestro país por la situación económica y la migración
Edición Impresa | 16 de Octubre de 2022 | 05:08

Los argentinos están abandonando el país en oleadas, a medida que la crisis económica se agudiza y empuja a miles de personas a emigrar por primera vez en una generación.
El país latinoamericano ha atraído históricamente a migrantes de otros lugares. A finales del siglo XIX, llegaron personas de Europa, seguidas por migrantes judíos en la preguerra y, más tarde, de Bolivia, Paraguay y, más recientemente, de quienes huían de la agitación económica en Venezuela.
Pero las escasas perspectivas de empleo, el aumento de la inflación y un Gobierno que está teniendo dificultades para restablecer la confianza de los ciudadanos parecen estar invirtiendo lentamente esta tendencia, a medida que más argentinos optan por escapar de las problemáticas finanzas del país.
“Hace cinco años, nadie que yo conociera vivía en el extranjero”, le dijo Belén Ferrari, de 30 años, al Financial Times. Quince de sus amigos de Buenos Aires viven en Europa, más de la mitad de ellos en España. Algunos llaman a Barcelona ‘BA en el Mediterráneo’, en referencia a la última afluencia desde la capital.
España recibió 33.600 ciudadanos nacidos en Argentina el año pasado, la mayor cantidad desde 2008 y tres veces más que hace seis años, según el Instituto Nacional de Estadística de España. Estas cifras se consideran una subestimación, según los funcionarios de migración, porque muchos tienen pasaportes europeos por descendencia.
Las solicitudes para obtener la nacionalidad española o italiana alcanzaron un récord el año pasado. Entre enero y septiembre de 2021, se presentaron más de 55.000 solicitudes de certificado de “no naturalización” emitido por la cámara electoral argentina, un requisito obligatorio a la hora de solicitarla. Esto superó el pico más alto de la anterior crisis económica de 2001-2002, cuando se hicieron 39.000 solicitudes.
En los países vecinos, Chile y Uruguay, el número de solicitudes de residencia de argentinos desde 2020 también ha alcanzado nuevos récords. Uruguay expidió permisos de residencia a 1.656 argentinos el año pasado, la cifra más alta en casi una década. Al menos 10.000 argentinos se han convertido en residentes de Chile desde 2017, constituyendo el sexto grupo de migrantes más grande del país.
Cómo, y si, irse se ha convertido en un gran tema de conversación entre familias, amigos y colegas. En los bares de los barrios acomodados de Buenos Aires, como Colegiales y Palermo, las fiestas de despedida son más frecuentes que los festejos de cumpleaños. Ferrari, que se formó como periodista, dijo que se mudó a Madrid el año pasado debido a las escasas perspectivas profesionales: “Tenía un sueldo bajo que empeoraba por la inflación”, que se dirige al 100% este año.
La confianza en la economía argentina se ha evaporado. El gobierno peronista está teniendo dificultades para financiarse con un montón de deuda interna cada vez mayor y unas reservas internacionales netas precariamente bajas. Las internas políticas previas a las elecciones del año que viene han hecho que se pierdan las esperanzas sobre la capacidad del Gobierno para llevar a cabo reformas que bajen la inflación.
Los estrictos controles de cambio disuaden la inversión extranjera, y el rápido deterioro de la confianza y la dificultad del Gobierno para financiarse hacen temer a los analistas que la recuperación económica tardará años.
Según una investigación de Statista, el salario mínimo en Argentina es el más bajo en términos de dólares -después de Venezuela- entre las nueve principales economías latinoamericanas. Tomás Alet Baker, de 31 años, que se mudó recientemente a las Islas Baleares, dijo que su último sueldo, al convertirlo en dólares al tipo de cambio no oficial, ampliamente utilizado, valía lo mismo que cuando se incorporó al trabajo hace 10 años, arruinado por la alta inflación.
La falta de vivienda crónica es evidente en los suburbios más ricos, y el descenso del nivel de vida está cambiando las percepciones en torno a la seguridad. Aunque los niveles generales de pobreza se redujeron ligeramente desde 40%, a principios de 2020, a 37% en el primer trimestre de este año, hubo un aumento considerable de la pobreza extrema y de la pobreza entre los niños, según un informe de septiembre publicado por la agencia nacional de estadística.
El pesimismo y el estado de ánimo de la población son factores importantes que impulsan los viajes al exterior. “Las cifras no son necesariamente muy altas, pero la idea de que se puede estar mejor en otro lugar crece y resuena”, dijo Roy Hora, historiador e investigador del Conicet, el consejo de investigación científica y técnica del país.
Las estadísticas migratorias publicadas por las autoridades argentinas son difíciles de obtener, en parte porque las cifras de emigración han sido históricamente insignificantes, dijo Hora. En un momento dado, a principios del siglo XX, los extranjeros en Buenos Aires superaban en número a los nacidos en Argentina, por lo que los sucesivos gobiernos han tenido pocos incentivos para publicar cifras oficiales porque no merecía la pena controlar a los pequeños grupos de emigrantes.
Cifras
Sólo a partir de la pandemia se han recopilado algunas cifras como parte de los requisitos de migración por Covid-19. Entre septiembre de 2020 y octubre de 2021, unos 50.000 argentinos declararon que se iban a otro país, un promedio de 3.500 al mes. “Hay un flujo importante de gente creativa y adinerada que se va”, dijo Hora, y eso podría acelerarse dado que se han levantado la mayoría de las restricciones de viaje relacionadas con la pandemia en las principales ciudades del mundo.
La empresaria argentina Mercedes Caamaño, de 32 años, ha visto las cifras de primera mano. Las solicitudes de Argentina hechas a su agencia de migración en Madrid, Cruzar El Charco, han aumentado un 40% en los últimos 12 meses. “Es un momento histórico, la gente se está yendo como nunca antes y no ha parado”, dice Caamaño, que vive en España desde 2016.
Lo que tienen en común muchos clientes es que son profesionales altamente calificados. “El país ha perdido su credibilidad entre los ciudadanos”, que será difícil de recuperar, dijo Caamaño. Azul Agulla, de 29 años, se mudó a Londres hace un año sin planes de regresar. Agulla dijo que era más fácil emigrar debido a la irrupción del trabajo remoto y al mejor acceso a la información: “Hemos encontrado montones de argentinos en Londres, incluso hay un grupo de WhatsApp de milanesas”.
Se calcula que el año pasado vivían en el Reino Unido 26.000 argentinos, 6000 más que en 2020 y la cifra más alta en al menos una década, según la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido.
“Viviendo en Argentina hay obstáculos por todas partes, no te podés permitir viajar, estás constantemente renegociando tu sueldo para mantenerte al día con la inflación”, dijo Agulla. “Es agotador”.
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