Miles de platenses servidos por una red que no les lleva agua potable a sus casas

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En 2014 se detectó cloruro de socio en la red. Absa prometió construir un acueducto, cuya obra se inició en 2017, pero la obra falló y los pobladores de una vasta zona de Gonnet y de City Bell siguen dependiendo de obtener los bidones de agua potable que la empresa les entrega.

Uno de los casos relatados ayer en este diario es el de una vecina, Ana, que se ve obligada a retirar cuatro bidones tres veces por semana en la delegación Gonnet y que cada mes paga $1.800 por el servicio de agua que le llega por la red que no es apta para el consumo. “Hace ocho años que en mi casa y en la de mis padres no tenemos agua”, fue su testimonio.

El acueducto, que no termina de llegar, resolvería el problema a más de 30 mil vecinos de esas localidades, que soportan como pueden el calvario de no contar con agua potable en sus canillas.

Ana dijo que es diabética y que tiene una hija con problemas de salud, por lo que ninguna puede exponerse a tomar el agua que sale de la red. “Yo uso esta agua hasta para hacer los fideos, tengo autorizados 6 bidones por semana y una cantidad igual le llevo a mis padres que son mayores y no pueden venir”, agrega.

La palabra “acarreo” es más que familiar en esos barrios. Hay gente con automóvil propio que puede encararlo con mayor facilidad. Otros cuentan con bicicletas y el resto caminando, acarreando los pesados bidones.

Las muestras tomadas y que se siguieron tomando confirmaron que el agua de red contiene cloruro de sodio en niveles que la convertían en no apta para el consumo.

En 2019 uno de los tribunales municipales de Faltas ordenó a la prestataria no cobrar la factura hasta tanto suministrara agua apta para el consumo humano, pero la Suprema Corte consideró que el organismo carecía de competencia para intervenir en un pleito entre los usuarios y la empresa provincial.

El denominado “acueducto Norte” proyectado por Absa para resolver el problema contempló el tendido de más de 9 kilómetros de cañería para abastecer a Villa Castells y Gonnet con agua potable producida en la Planta Donato Gerardi, ubicada en Punta Lara. Comenzó en julio de 2017, pero nunca terminaron de resolverse las complicaciones de abastecimiento.

Desde Absa se comunicó que si bien la obra se ejecutó, la empresa no hizo la recepción de la misma “por falencias”. Se agregó que “identificaron esas falencias y derivó en un conflicto con el contratista, que hoy es un tema legal que sigue su curso”.

Lo único que se sabe con certeza es que miles de pobladores de una vasta zona -a quienes últimamente les cambiaron los lugares a los que tienen que ir a buscar los bidones- están viviendo desde hace una década una situación de virtual colapso en lo que se refiere al agua domiciliaria y que, por consiguiente, el problema debe resolverse de una vez por todas.

No es posible aceptar que miles de vecinos se vean obligados a tolerar situaciones muy penosas que, inclusive, ponen en riesgo su salud y que, además, contrasta con las facturas que emite la empresa y que -esas sí- llegan con puntualidad mes tras mes.

Tampoco encuentra explicación alguna que estas penurias ocurran cuando la Región se encuentra a la vera del Río de la Plata, considerado como una de las mayores reservas de agua dulce del planeta.

 

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