Alberto se autopercibe Cardenal Samoré

Edición Impresa

Por IRENE BIANCHI

irenebeatrizbianchi@hotmail.com / @IRENEBIANCHI

- Chicas, ¿no sienten que somos las únicas que no fuimos a River a ver a “Coldplay”?

- Es que nosotras somos más del “Club del Clan”, Normi.

- ¡Qué viejazo, Zulmi! ¡Se te cayó la libreta cívica!

- ¿Qué? ¿Acaso no los mirabas en la tele en blanco y negro?

- ¡Obvio! Pero es más “cool” decir que éramos fans de los flequilludos de Liverpool.

- O de los Rolling. ¡Cómo se mantienen esos muchachos!

- Dicen que se cambian la sangre de vez en cuando. ¿Será cierto?

- Yo ni el auto puedo cambiar.

- Al precio de la nafta, ni te conviene, Hilda. Caminá, que es gratis y más sano.

- Eso si no te intercepta un chorro y te estampa contra la vereda. Nos rompemos y ya no soldamos, amigas.

- Es que hay que salir sin celu, sin plata, sin cadenitas, ni anillos, ni reloj. Sólo las llaves.

- ¡Ni eso! Que te abra alguien cuando volvés.

- ¿Y si “sos sola”, como nosotras? ¿Y nadie te espera más que el perro, el gato o la tortuga?

- Dejás la llave enterrada en una maceta, y listo el pollo.

- Ahora que decís “pollo”, ¿vieron que el Presi se puso a dieta? Sólo come pollo, carne y ensalada.

- ¡Qué afortunado! Se ve que le da el bolsillo para consumir proteínas.

- ¿Se puede saber a qué fue a París?

- A mediar entre Ucrania y Rusia. Se autopercibe como una especie de “Cardenal Samoré”, ¿se acuerdan? El representante papal en el conflicto del Beagle.

- ¿Me estás jodiendo? ¿El país en llamas y él queriendo parar esa guerra?

- Habría que recordarle que la caridad bien entendida empieza por casa, ¿no?

- Que aproveche a pasear, él que puede. Y la Primera Dama irá de shopping, como siempre.

- ¡Qué envidia! Yo con suerte iré unos días a Punta este verano.

- ¿Punta Cana? ¿Punta del Este? ¡Qué pudiente, Normi!

- Más cerquita. Punta Lara. Y si me da el cuero, Punta Indio. Sin pernocte. Ida y vuelta.

- Mejor organicemos una escapada todas juntas, en carpa, así abaratamos costos.

- ¿En carpa? ¿Vos pensás que nuestras osamentas resisten dormir en el suelo, casi a la intemperie? Tendríamos que llevar a un osteópata, un kinesiólogo, un acupunturista.

- ¡Eh! ¡Tan achacadas no estamos! ¡Que no se diga, Hilda! ¿Dónde quedó ese espíritu aventurero de tus años mozos?

- Me hago la misma pregunta.

- ¿Y si en lugar de ir en carpa alquilamos una casa rodante? ¿Con camitas, baño, cocinita?

- Buena opción. Hagamos una vaquita. Yo junto.

- Y matamos dos pájaros de un tiro. Veraneamos y probamos la convivencia.

- ¿Para qué?

- ¿Cómo para qué? Para pasar nuestras vejeces juntas a futuro, en una linda casona, divirtiéndonos, y así evitar que nuestra prole nos mande a un depósito de gerontes.

- ¿Con salidas transitorias, o presas como en la casa de Gran Hermano?

- En esa cueva de vagos y malentretenidos, como dice el Martín Fierro, y citando a Vicky Toulouse, ya “se garcha”. En la nuestra, no creo, Negri. A lo sumo, juegos de mesa.

- Algo más. A medida que vamos crepando, las sobrevivientes nos entierran en el jardín, celebrando la partida con una festichola a lo grande. Chupi, morfi, cumbia, a todo trapo.

- ¡Me encantó! ¿Dónde hay que firmar?

- Aquí, en esta servilleta. Como escribana jubilada, doy fe. ¡Chin, chin!

 

After office

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE