Los jueces del juicio a las Juntas, muy críticos con “Argentina: 1985”
Edición Impresa | 17 de Noviembre de 2022 | 04:15

Ricardo Gil Lavedra, Jorge Valerga Araoz, León Arslanián y Guillermo Ledesma, los cuatro magistrados vivos del juicio a las Juntas militares se mostraron anoche muy críticos de Argentina: 1985, la película que recrea aquel proceso.
“Alfonsín aparece en la película muy desdibujado, cuando nada hubiera ocurrido sin él”, cuestionó Gil Lavedra durante una entrevista televisiva en la que también reprochó: “Me parece muy mal haber trucado un video del ministro del Interior de Alfonsín, Antonio Tróccoli y haberlo emparentado con los militares. Eso me pareció pésimo. Y también que en la placa final no se recuerden los indultos de Menem y sí las leyes de obediencia debida y punto final”. No obstante, reconoció que “es una película comercial, muy bien hecha, pero si los realizadores se hubieran esforzado un poco y se hubieran documentado quizá habrían logrado un relato con más apego a la verdad histórica”.
En la misma sintonía, Arslanián advirtió las “omisiones” de los realizadores que “no necesitaban mucho para mostrar el momento en el que la Conadep entrega el informe final con los testimonios de los desaparecidos a Alfonsin y eso no está”. De todos modos, destacó “el poder difusivo del filme. Más tajante se lo vio a Ledesma al asegurar: “No me gustó nada la película” y amplió: “Si van a hacer una ficción no pueden poner 3/4 partes de realidad y 1/4 de ficción y que la ficción sea ocultadora de verdades”.
En cambio, Valerga Araoz, que también aceptó algunas omisiones, dijo que en líneas generales la película le gustó: “La analizo desde el punto de vista de la ficción. La gran virtud es haber revivido el tema del juicio que estaba un tanto apagado”.
Los cuatro jueces repasaron además las sensaciones del proceso en el que por primera vez un tribunal civil juzgaba a los jerarcas de la recién concluida dictadura. Recordaron las tensiones y amenazas que sufrieron en ese momento, aunque Gil Lavedra aclaró que “los grandes protagonistas fueron los testigos que, en una democracia no consolidada, se animaron a exponer públicamente sus testimonios. Fueron días en los que nos conmovimos y lloramos con los relatos”.
Por su parte, el fiscal Luis Moreno Ocampo (que en la película se lo ve trabajar mano a mano con el fiscal Julio César Strassera) opinó que el juicio fue “la culminación de un proceso social, la promesa de Alfonsín, la gente que lo vota, la Conadep y los jueces que toman el caso. Fue la frutilla de una torta inmensa, como una Revolución de Mayo” y concidió en que “los testigos transformaron a la gente con relatos desgarradores”.
Entre ellos, uno de los testimonios más estremecedores que se escuchan en Argentina, 1985: el de Adriana Calvo, la investigadora de Tolosa, física y militante del gremio de los docentes de la Facultad de Ciencias Exactas UNLP que además se convirtió en la primera sobreviviente en contarle al tribunal cómo, estando embarazada, en 1977 fue secuestrada y obligada a parir en un patrullero, donde dio a luz a su beba: Teresa Laborde.
Para Teresa, que hoy continúa el legado de su madre en busca de justicia, la película “fue un alivio, porque por fin alguien habla de este juicio que condenó a las tres primeras juntas militares”, mientras subrayó la “vigencia” del testimonio de su mamá. “Pero por suerte las dos sobrevivimos. Como ella hubo cientos de mujeres”, lamentó.
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