Un arte juguetón: un documental recupera al inclasificable Federico Peralta Ramos
| 15 de Diciembre de 2022 | 03:40

El cineasta Néstor Frenkel se sorprende ante una pregunta protocolar: ¿cómo nació “El coso”, su documental sobre Federico Peralta Ramos? Frenkel incluso finge ofensa, antes de responder. Es que su película, señala, es toda la respuesta necesaria: la pregunta, en todo caso, debería ser como antes de “El coso”, que se estrena hoy en el porteño Cine Gaumont, nadie había intentado retratar en el cine al inabarcable artista.
Nacido en el seno de una familia tradicional, la vida nocturna y la gestación de las vanguardias pudo más, y empujó a Peralta Ramos recorrer los círculos de los jóvenes provocadores de los 60, esa década iconoclasta y desprejuiciada. Ya convertido en una anómala criatura del patriciado porteño, Federico fue uno de los más conspicuos ejecutores de la desmaterialización del arte. Entendió, como pocos, que sólo hay mundo en el lenguaje. Y que del choque de las significaciones surgen las galaxias poéticas, esas iluminaciones que nos permiten soportar el absurdo de haber nacido.
“Una personalidad única”, dice el realizador de “El gran simulador” y “Amateur”. ““Nunca sé muy bien cómo pararme a mirarlo, no puedo llegar a una conclusión definitiva”, dice de una figura inclasificable, de la que “me interesaba su vida, su muerte, su obra, su manejo del humor. Cada arista abre preguntas interesantes”. Preguntas sobre la figura del artista, sobre la vida del artista como obra, sobre la vida misma, que Federico se realizaba desde el humor, el absurdo, como si nada fuera tampoco tan serio, como si nada precisara solemnidad.
Y aunque el propio Frenkel señala que no se siente cercano a Peralta Ramos como artista (“no me siento en esa frecuencia, no trabajo lo metafísico, lo mío es un poco más a tierra”), sí reconoce que le es familiar ese uso del humor, una de las herramientas mediante las cuales el documentalista reconstruye la vida del artista, sumando además testimonios, anécdotas, archivo y obras.
- Peralta Ramos parece imposible de clasificar. ¿Cómo es hacer un documental sobre un mito que todo el tiempo se escapa, se resiste a ser encasillado?
- En principio estimulante. Y es algo que me calza bien: a mi no me interesan mucho las certezas o las definiciones, me interesa eso, lo que se escapa, lo que es difícil de mirar, lo que no sabemos cómo juzgar, cómo valorar. Su vida, su obra, puede ser mirado de tantas maneras, e incluso no se sabe lo que es verdad, lo que es mentira.
- Además, tuviste que realizar un retrato de Peralta Ramos sin Peralta Ramos.
- Fue el desafío más grande, lo que nunca había hecho: hacer un documental sobre alguien que no está. Siempre mi trabajo es con la cámara, con el otro reaccionando a la cámara. Nunca había hecho esto, pero a esta película le tocaba esa forma, y allí encontré pequeños retratos de amigos.
- En esos relatos aparece algo que está en extinción, una forma de vida bohemia, de bares. ¿Te interesaba recuperar esas formas de estar, esas formas de amistad, en la pantalla?
- Sin dudas es el retrato de una forma de estar en el mundo, es el retrato de una época donde esa forma de estar era posible, donde ciertas cosas eran novedosas, revolucionarias. Pero no necesariamente tiene que ser algo nostálgico: simplemente damos cuenta de que en otro momento el mundo fue así y hoy es asá, distinto, hay otras costumbres, algunas cosas que nos gustarán menos. Y en 50 años vendrá alguien a decir “en el 2020… no se qué”. De todos modos creo que trasciende el retrato de una época es que Federico es permanente, sigue moderno, sigue actual, sigue haciéndonos preguntas. Eso es lo trascendente de Federico.
- De Federico se habla de su personalidad, pero no tanto de la obra, que está desperdigada, como muestra el documental.
- Es que su mayor obra es el mito. Es algo que dice una de sus obras, de hecho: su gran obra es lo que sembró en la gente que lo conoció, cada uno que lo frecuentó lo recuerda conmovido, les trastocó algo en su cabeza. Esa fue su mayor obra.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE