Opinan los lectores

Edición Impresa

Realidad futbolera

Sara Alicia Canestri expresa: “Soy cabeza de una familia de fanáticos futboleros. Van a la cancha a ver los partidos desde una bisnieta de un mes hasta mis hijos mayores. El fanatismo de mis nietas es casi superior al de mis nietos. Nunca entendí como se puede pasar de la depresión a la euforia y viceversa en un segundo, por un partido de fútbol. Pero me bastó leer el artículo del domingo sobre el “Humor Nacional” para entenderlo todo. Confieso que seguiré siendo una ignorante que solo se da cuenta cómo va el partido porque gritan los goles. Me produce emoción escuchar el Himno a la alegría cantado por todos los coros del mundo, me estremece la música, y depresión puedo llegar a sentir si hubiera algún desencuentro amistoso o familiar cercano y por favor, revoleen las banderas siempre, no solo para el Mundial”.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE