Pedro Grossi
Edición Impresa | 18 de Febrero de 2022 | 04:16

Provocó numerosas expresiones de pesar en la Ciudad el fallecimiento, a los 82 años, de Pedro Virginio Grossi, más conocido entre sus allegados como “Cacho”. Su muerte significa una enorme pérdida, no sólo en el entorno de sus seres queridos y amigos y en los ambientes relacionados con la ingeniería sino también en el mundo del rugby, deporte que lo apasionó toda la vida.
Había nacido el 26 de septiembre de 1939 en esta ciudad en el seno de la familia de Pablo Juan Grossi y Beatriz Urtiaga. Cursó todos sus estudios en instituciones de la Universidad Nacional de La Plata, pues hizo la primaria en la escuela Anexa, luego asistió al Colegio Nacional y, finalmente, después de recibirse de bachiller, a la facultad, donde se graduó como ingeniero en Construcciones.
“Cacho” tuvo un muy buen desarrollo profesional en distintas actividades, tanto en el sector privado como en el público, ejerciendo incluso un cargo en la UNLP.
Sus grandes pasiones estuvieron ligadas a su familia, al rugby y al campo. Formó un sólido hogar junto a Loló Orione y tuvo dos hijos: Paulina y Juan; luego, con los años, se convirtió en un dichoso abuelo de Emilia. Siempre la prioridad fueron los suyos.
Disfrutaba de reunirse con sus familiares y le gustaba veranear en el mar, puntualmente en el balneario La Paloma (Uruguay), como así también visitar el campo situado en la localidad de Oliden.
Su otro amor, como se dijo, fue el rugby, que practicó en el club La Plata, entidad por la que sintió un particular apego y a la cual representó como un excelente jugador, caracterizado por su fortaleza física y su tackle demoledor -poco común para la época-, atributos que hicieron que se transformara en el capitán y el líder de su equipo, siendo también seleccionado para el plantel Provincial que enfrentó al famoso elenco de Gales de 1968 en su gira por la Argentina.
“Cacho” también fue entrenador y directivo de La Plata Rugby Club y debido a su destacada trayectoria, se lo distinguió con el CAP -máximo premio que otorga dicha institución-. Por su larga y fecunda actuación, su figura será un referente permanente para muchas generaciones del club de Gonnet, además de una personalidad reconocida por el resto de las entidades dedicadas al rugby.
Al margen de sus logros profesionales y deportivos, “Cacho”, fundamentalmente, una persona noble y respetada en todos los ámbitos donde participó.
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