Murió el artista plástico cordobés Antonio Seguí
Edición Impresa | 27 de Febrero de 2022 | 03:37

El artista argentino y radicado en Francia desde 1963, Antonio Seguí, famoso por sus pinturas de pequeños hombrecitos con sombreros, dueño de un imaginario múltiple que supo combinar el humor, el grotesco y la simplicidad, murió ayer a los 88 años en la Argentina, país al que regresaba cada vez que podía y que lo homenajeó por última vez en 2020 con una muestra en el Museo Nacional del Grabado.
Canoso, de bigote ancho y luminosos ojos celestes, no perdió jamás su típico acento cordobés, pese a vivir la mayor parte de su vida en el pequeño poblado de Arcueil, en las afueras de París, donde tuvo su taller de arte que sólo abandonó algunas veces al año para visitar su Villa Allende natal.
Hace más de cinco décadas que estaba radicado en París, pero Seguí no olvidaba el sol y “los pocos amigos que quedan” de su Córdoba natal, esos “tesoros” que venía a buscar cada vez que volvía a la Argentina, según confesó en febrero de hace dos años en una entrevista a propósito de la exposición con más de 60 obras que le dedicó el Museo Nacional del Grabado.
Nacido el 11 de enero de 1934, viajó por el mundo, se formó como artista, y tuvo una vida bohemia recién llegado a París en el año 1963. Tuvo también una activa participación en el Mayo del 68 y fue acosado por parte de la dictadura militar argentina, al punto de haber sido ametrallado en su casa parisina.
Formado en la Academia de San Fernando de Madrid y de la Ecole des Beaux Arts de París, Seguí ha recreado a lo largo de su carrera una completa gama de arquetipos sociales, con técnicas que incluyeron el abstraccionismo matérico, una figuración de corte expresionista y algunos elementos del cómic.
La pandemia truncó en los últimos años varios de sus planes, como dos exposiciones en Francia, una en Grecia, otra en Miami, y una gran antológica que iba a tener lugar en 2020 en el Museo Nacional de Bellas Artes.
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