La lechuga a precio dólar

Edición Impresa

Por IRENE BIANCHI

irenebeatrizbianchi@hotmail.com / @IRENEBIANCHI

- ¡Esto es el acabóse, chicas! ¡Ya ni dieta puedo hacer!

- ¿Qué bicho te picó, Euge?

- ¡No hables de “bicho” que se me representa el fucking Covicho, Roxi.

- ¿Tan rápido abandonaste la dieta? ¡Ni una semana, che! Poca constancia …

- A una luca el kilo de lechuga, ¿qué querés que haga?

- ¿Una luca? Más cara que el Washington.

- Mientras tanto, Wanda Nara se compró una cartera de 50.000 dólares. Imaginate toda la lechuga que te podrías haber comprado, Euge.

- ¿Cincuenta lucas verdes? ¿Es de oro la cartera?

- No, de cocodrilo.

- ¡Pobre animalito!

- ¿Cuál? ¿El reptil o el dorima? Seguro que la guita es producto del balón pie.

- No estaría tan segura. Primero, porque ella es una empresaria exitosa. Tiene una línea de cosméticos, de bikinis, y de lo que se te ocurra.

- ¿Y segundo?

- Segundo, creo que Icardi no es más su “dorima”. Se dejaron de seguir en las redes.

- ¿Eso es sinónimo de divorcio? Nunca entenderé estos tiempos posmodernos.

- Las únicas redes que conozco son la redecilla para el pelo que se ponía mi vieja antes de acostarse para que le durara el peinado batido de peluquería, y el medio mundo que usaba mi viejo para pescar.

- Estoy harta del “Wanda gate”. Como si no hubiera temas más importantes.

- Los hay, pero nada más lindo que espiar la vida ajena. Y enterarse que los ricos son infelices.

- Me hacés acordar a aquella frase del filósofo urbano Adolfo Stray: “Se llora más cómodo en un Rolls Royce”.

- Ahora arrancó el “Lizzie gate”. La Tagliani se separó de Leo Alturria después de dos años de fogoso romance.

- ¡No puede ser! Si los vi juntos en el programa de Marley viajando por Europa, a puro arrumaco.

- Ahí ya estaban separados, pero no se quisieron perder el viaje. Más pícaros que bonitos.

- “¡Aguante la ficción, carajo!”, como exclamó la Valenzuela. Todo es de mentiritas.

- Todo menos los precios. Además de la lechuga, ya aumentó la nafta.

- Caminemos, chicas. Hace bien. Endurece las cachas.

- ¿Con las veredas rotas? Mirá que a esta altura nos rompemos y no soldamos, Roxi.

- La que se cayó y se rompió fue Gime Accardi, pobre, en plena temporada.

- Estaba paseando a la perra y se le enganchó la correa. Un garrón.

- Ahora que decís, también aumentó la comida para las mascotas, chicas. Estoy pensando seriamente en probarla.

- ¿Para reemplazar la lechuga, Euge?

- Armáte una quintita en el fondo, Euge, y cultivá tus propias verduras.

- El fondo… Qué quilombo se armó con el Fondo, ¿no?

- Ah. Ese fondo. Y sí. El niño Máximo pegó el portazo.

- ¿Lo habrá consultado con la mami?

- ¡Ni lo dudes! No creo que haga nada sin pedirle permiso antes.

- Parece que los Fernández ya no son tan unidos. Aníbal lo retó fiero, ¿vieron?

- Ese culebrón me atrapa más que cualquier novela turca. Lucha en el barro oficial.

- Mientras tanto, seguimos deslizándonos hacia el fondo … del tacho. ¡Chin, chin!

 

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