El dolor por un crimen y una fiesta de la que hablan todos los vecinos

Mientras la Justicia avanza contra los detenidos por el asesinato de Lilia Silva, hay distintas versiones sobre la reunión en 604, 125 y 126

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El crimen de Lilia Mavel Silva (57) no deja de provocar conmoción en Villa Alba, lugar donde se había afincado hace ya varias décadas y en el que tenía cerca a buena parte de su familia.

Madre de cinco hijos, vivía junto a dos de ellos y a Mario Medina, su esposo.

Ama de casa de profesión, quienes la conocieron contaron que además trabajaba en distintas casas del barrio haciendo tareas de limpieza y otras actividades domésticas.

Fue el domingo a la madrugada cuando encontró trágicamente la muerte, tras recibir un disparo en la cabeza proveniente del exterior de su domicilio, situado en la calle 604 entre 125 y 126, lugar donde se desarrollaba una fiesta.

Ese evento, de acuerdo a lo que pudo saber este diario de distintas fuentes, está en boca de todos los vecinos (ver aparte).

Con el correr de las horas y, el avance de la investigación, comenzaron a conocerse detalles del cruento episodio que, en las horas calientes del hecho, no habían trascendido.

El primer punto que aclaró el propio hijo de Lilia, de nombre Maximiliano, quien era el que celebró su cumpleaños número 28 en la propiedad familiar, fue que a los detenidos por el homicidio “los conocíamos del barrio”.

Enseguida el joven aclaró que “podría llamarlos conocidos, son del barrio, quisieron ingresar, empezó la discusión y terminó todo así. De una fiesta a estar velando a mi mamá, es algo que no me lo esperaba. No estamos preparados para este momento de esta manera”, expresó angustiado.

“Fue adelante mío. Escuchamos los balazos, le dije ‘tírense al piso’. Pensé que se había tirado o se había desmayado, cuando la vi de nuevo me llevé la peor parte”, reveló.

“Quisiera que esto fuera un sueño. Ahora hay que convivir con el vacío, acompañar a la familia, estar con mi papá que es una persona mayor. Se fue el sostén de la casa, la que cocinaba, la que iba a laburar todas las mañanas”, concluyó.

Por el caso son cinco las personas detenidas, que fueron identificadas por voceros policiales y judiciales como “Franco Ezequiel Romero Montiel; Pedro Terre; Rodrigo Ramos; Kevin Lautaro Díaz y Ana Cervante”.

A todos les imputaron los delitos de “homicidio y homicidio en grado de tentativa, ambos agravados por el empleo de arma de fuego, en concurso real con portación de arma de uso civil condicional sin contar con la debida autorización legal (respecto de Díaz Kevin Lautaro) y en los términos del art. 41 bis, 42, 55, 79, 189 bis inc. 2do., párrafo 4to. del Código Penal”, que prevén la pena de prisión perpetua.

La requisitoria fue del fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta y contó con el aval del juez de garantías Guillermo Federico Atencio.

Otro de los puntos sobre el que se echó luz fue que en la zona del incidente hubo tres personas armadas. No una sola. Y que los disparos fueron ocho en total.

“Uno de los proyectiles ingresó por la ventana de la cocina impactando sobre la humanidad de la Sra. Lilia Mavel Silva, más precisamente en su cabeza, quien trataba de ponerse a resguardo de la agresión, lesión que a la postre le ocasiona el deceso cuando era trasladada al Hospital San Martín, y otro de los disparos impactó en la humanidad de Nahuel David Gianelli, más precisamente en su pierna izquierda, esto con claras intenciones de quitarle la vida, no logrando su objetivo en el caso de Gianelli por razones ajenas a su voluntad, para luego de ello dichos sujetos darse a la fuga del lugar del injusto”, indicó en su presentación el fiscal Condomí Alcorta.

En tanto, trascendió que aún queda un joven prófugo de la Justicia, que es intensamente buscado por personal del Gabinete de Homicidios de la DDI La Plata y de la seccional 16a.

DOLOR INTERMINABLE

Como reflejó este diario en su edición anterior, los restos de Lilia Mavel Silva fueron inhumados ayer al mediodía en el Cementerio Municipal de nuestra ciudad, donde se registraron escenas de profunda consternación y dolor.

Ahora solo queda el tiempo para los reclamos de justicia y castigo para los responsables de semejante atrocidad.

 

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