“La Fábrica” del delito: un sector de Gorina en jaque por una banda
Edición Impresa | 18 de Marzo de 2022 | 01:46

Basta conversar con un puñado de pobladores del barrio “La Fábrica” de Gorina para entender que la inseguridad figura entre las principales preocupaciones del lugar.
Es por el violento accionar de una banda de jóvenes delincuentes, que no se pone colorada a la hora de salir a robar. Sobre todo porque sus integrantes, muchos de ellos menores de edad, son habitantes de la zona y no les importa atacar a sus propios vecinos.
De acuerdo al relato de las víctimas de esta realidad cada vez más acuciante, los ladrones arrancan en los 14 años, aunque ya hay algunos que habrían pasado los 18.
Se manejan en moto y, en casi todos los casos, el modus operandi consiste en los asaltos callejeros por sorpresa. Aunque también hay vandalismo y rateros, que agarran lo que sea al paso.
Ayer EL DIA estuvo en el barrio y, como prueba cabal de la impunidad de los ladrones, pocos se animan a dar a conocer su identidad.
El temor a sufrir represalias es grande y, con los problemas que padecen, “ya es suficiente”, explicaron.
Una de ellas fue Claudia, que sufrió “tres robos”. El último el martes pasado, por la mañana, en 138 y 501, muy cerca del destacamento policial.
La chica le contó a este diario que “fueron dos en una moto de color azul. Me robaron mis pocas pertenencias y también me manosearon”.
“LA POLICÍA LOS CONOCE”
Cabe señalar que el barrio La Fábrica se extiende entre las calles 481 a 486, desde 136 hasta 138.
La denominación de ese conglomerado urbano donde viven unas 200 familias en casas bajas y modestas, responde a la empresa textil Atex, que al igual que el laboratorio medicinal Estrona, fueron desactivados a mediados de la década del ´70 por cuestiones coyunturales de aquella época.
Conviven en el lugar -se aseguró que “en perfecta armonía”- personas de nacionalidad argentina, paraguaya, boliviana y peruana.
Y el lugar es conocido además, porque fue donde vivía “el brujo Manuel”, curandero que falleció en mayo del año pasado por coronavirus.
Ayer, cuando este diario estuvo en la zona, la indignación por la inseguridad que los asedia por culpa de una banda de adolescentes, impulsó a más de un vecino a denunciar que a esos jóvenes “la Policía los conoce” y reprocharon además que “no sabemos entonces por qué nos siguen robando libremente”.
Y hubo quienes se animaron a sostener que “estos pibes pertenecen a distintas familias y se juntan siempre en el galpón abandonado de la fábrica textil que hubo en Gorina y donde posteriormente se instalaron casitas ”.
Por eso abogaron para que “cuanto antes” se decida “realizar un allanamiento, porque además ahí deben guardar las cosas que nos roban”.
Los gestos y palabras de algunas de las pocas personas que se animaron a prestar un testimonio, denotaban el temor que esta bandita infunde en el barrio.
Tal es el caso de una mujer de 33 años, que todavía lamenta el robo de una moderna bicicleta “que pagué en cuotas con mucho esfuerzo, porque como casi todos acá somos gente de trabajo”.
La damnificada remarcó luego con amargura que “no te dan ganas de comprarte nada nuevo, porque es muy probable que después la disfruten ladrones”.
“Hice la denuncia en el destacamento policial de Gorina, también publiqué fotos de mi bicicleta robada en las redes sociales, pero hasta el momento no logré recuperarla”, lamentó la mujer.
Enseguida aclaró que la inseguridad no es patrimonio exclusivo del barrio La Fábrica, “porque hay robos por toda Gorina”.
“La mayoría de los robos son hurtos en viviendas, pero es común también que te roben en la calle, como le pasó el otro día a una señora en la calle 185, cerca del Club de Fomento, cuando a las 9 de la mañana volvía en bicicleta de su lugar de trabajo”.
“SE ACOSTUMBRARON A ROBAR”
Otra vecina del lugar, de nombre Norma (67), confirmó ante EL DIA que quienes tienen en jaque a vecinos de La Fábrica “son pibes que viven por acá”.
Sostuvo que “estos chicos viven con sus familias, pero han hecho juntas y lamentablemente se acostumbraron a robar”.
Agregó que “son pibes jóvenes, entre los cuales hay menores de edad, aunque cuesta reconocerlos, porque cubren sus rostros con gorritas con visera y barbijos”.
Entre las víctimas de esta banda está una hermana de Norma.
“A ella hace cuatro meses le entraron a la casa, en momentos en que no se encontraba, y le robaron un teléfono celular”, reflejó.
Cuando se le consultó cuánto tiempo lleva el vecindario soportando el accionar delictivo, respondió que “hace dos o tres años”.
Ella y otros habitantes de La Fábrica reclamaron que, para al menos mitigar el flagelo de los robos, “la Policía se haga notar”.
Los ladrones no tienen reparos a la hora de elegir a las víctimas. “Le puede tocar a cualquiera”
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