VIDEO. El duro relato por la panadería de La Plata que cerró por la crisis: "Es una tristeza tremenda"

El tradicional comercio de City Bell bajó sus persianas tras seis décadas de funcionamiento. Para Pablo Montiel, uno de sus dueños, la decisión va de la mano de "una tristeza tremenda". "No cierran los números", afirmó

Uno de los dueños de la panadería "La Belgrano" de City Bell, Pablo Montiel, contó en primera persona la tristeza que le causó el cierre del comercio de Camino Belgrano y 472 tras casi seis décadas de funcionamiento y un proyecto atado de lleno a una historia familiar. "Es difícil. Teníamos muchas cosas que remontar. No cierran los números", son algunas de las frases que deslizó Montiel tras la drástica decisión. 

En diálogo con EL DIA, el comerciante aseguró que "tratamos de estirar la decisión, de remontarla, pero se nos hizo muy difícil.  Sentimos una tristeza tremenda. Acá llegaron mis abuelos, después mi viejo. Ahora estábamos mi hermana y yo tratando de dar una lavada de cara y modernizando el negocio. Pero es difícil. Teníamos muchas cosas que remontar". 

En un momento en el que afloran recuerdos, reflexiones y emociones, el comerciante sostuvo que "la vida del panadero es sacrificada. Yo trabajé acá de chico. Después trabajé en Buenos Aires, en el Sur. Pero se hace difícil cuando ya no te es rentable. Arrancó la pandemia y tuvimos muy poca ayuda de lo que fue ATP y todo eso".  

Con un panorama económico difícil para sostener la iniciativa de raíz familiar, insistió en que en los últimos tiempos "no cierran los números". "Nosotros nacimos acá. Yo vivo acá. Es mi barrio. Mis viejos vinieron de Quilmes a los 10 años. Con esfuerzo lograron comprar la propiedad. Siempre remando mucho. Es mucho cuerpo y la verdad es que por más que le pongas mucho cuerpo, no te rinde", analizó. 

La etapa del coronavirus hizo todo más cuesta arriba. Según señaló, "con la pandemia pagabas dos sueldos por uno, y eso sumado a que nosotros tenemos muchos clientes de los colegios, pasamos a facturar un cuarto de lo que facturábamos antes". "Empezás a pagar un montón de cosas y te cae todo de golpe. Y la situación no volvió a ser como era hace dos años y pico", agregó.  

Lamentó además que "tenés que juntar la deuda que debés y lo que tenés que ir pagando ahora. Quedan deudas. Eso es lo peor. Si no tomás esta decisión, después es cada vez peor. Llega un momento que te explota en la mano".  

Tras el punto final del emprendimiento llevado adelante por varias generaciones de la familia, Montiel dijo que "no tenemos otro trabajo. Mis viejos ya están jubilados. Mi otra hermana sí tiene otro trabajo. Ahora veremos. Yo seguiré con la producción para el reparto hasta que me acomodo. Veremos cómo nos podemos acomodar".  

Por último, contó que "yo no frené nunca. Cerramos el lunes a la tarde y el martes me levanté temprano para trabajar. Te va cayendo la ficha de a poco". Convencido de que la familia tomó la decisión más acertada, se mostró esperanzado de un futuro mejor: "A todos los cambios hay que buscarle los lados positivos. Fue una decisión consciente tomada con la familia. Que sea todo para bien". 

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