Florez: “Vives y Anderson eran las manzanitas que pudrían el cajón”

La acusaron de tener poca humildad y Fátima contó las “maldades feas” que sus compañeras de elenco le hacían en sus inicios

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Hace 15 años, Fátima Florez pagaba el “derecho de piso” en la revista que protagonizaban Fernanda Vives y Evangelina Anderson. Según contó la humorista e imitadora, sus ex compañeras, que “hoy se hacen las grandes señoras”, no se la hicieron fácil.

Todo este viaje al pasado fue motivado por una reciente declaración de Vives, que, este año, regresó a las tablas tras varios años en los que se dedicó a maternar. Y mientras ella estuvo fuera del ambiente, Florez se convirtió en una primerísima figura que, según admitió, no sabía en qué espectáculo estaba su ex compañera, por lo que Vives la acusó de tener “poca humildad”.

Pero Fátima no se la dejó pasar y apuntó duro contra ella y Anderson. “A mí me han hecho cosas muy serias, que yo no conté. Me hicieron cosas muy feas. Me han hecho de todo, maldades feas. Estábamos en una revista y ellas me escondían zapatos, me rompían plumas y brillos de los trajes”, dijo ayer en “Intrusos” la imitadora.

Según contó, Anderson, que hace años está radicada en Europa, “se auto robó unos aros y me quería echar la culpa a mí, pero al final todos se dieron cuenta de lo que estaba haciendo... los aros aparecieron mágicamente después”.

Pero el pasado está más que pisado para Fátima. “Hoy yo me río, eran otros tiempos, donde naturalizábamos ciertas situaciones y pensábamos que por recién arrancar nos teníamos que bancar algunas cosas. Creo que nadie le tiene que faltar el respeto a nadie (...) Yo venía de trabajar en Perú y ellas me decían que yo era peruana como si fuera un insulto”, sumó.

Para cerrar, Fátima aseguró que “podría haber contado todo esto y tener mis cinco minutos de fama, pero nunca fui por ese lado, las peleas me hacen daño. Yo creo que las dos se potenciaban. A veces me sacaban charla para que yo me distraiga y no llegue a mis escenas en la obra. Ellas eran las dos manzanitas que pudrían todo el cajón. Nunca me pidieron perdón, después se hacen las grandes señoras pero tienen un currículum...”

  

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