La poeta Peri Rossi recibió el Cervantes con un discurso “anti guerra”

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A través de la artista argentina Cecilia Roth, la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi agradeció con un discurso antibelicista y feminista el premio Premio Cervantes 2021, al señalar que, en caso de escribir “los versos más agradecidos” este día, “no salvarían a los que mueren por las bombas y los misiles en la culta Europa”.

La autora uruguaya, quien hizo un repaso a su pasado marcado por el exilio y la influencia de lecturas como ‘El Quijote’, reconoció que a veces se le “ensombrece el ánimo por el miedo a que la maldad y la violencia sean una constante de la existencia humana y la lucha entre el bien y el mal se eternice”. La autora, que vive en Barcelona desde hace décadas, no pudo asistir a la ceremonia realizada ayer debido a un delicado estado de salud que le impidió trasladarse hasta la Universidad de Alcalá de Henares, y solicitó a Cecilia Roth que reciba el premio y lea el discurso de agradecimiento en representación suya. “El siglo XX empezó casi con una Guerra Mundial y terminó con otra local, la de los Balcanes”, recordó la autora, de 80 años, y añadió además que hay otro riesgo a que esa lucha entre el bien y el mal también “sea ridiculizada, como ocurre en el mismo libro de Cervantes”, al rescatar palabras del poeta Paul Valery.

“La guerra es una masacre de personas que no se conocen en beneficio de personas que se conocen pero no se masacran”, citó la autora uruguaya, matizando no obstante que la escucha de un aria de ‘Sansón y Dalila’ o de la canción ‘Algo contigo’ de Susana Rinaldi le hace “recuperar una parte de la fe en el bien”. Peri Rossi señaló que su exilio de la dictadura uruguaya llegó porque, “como Casandra, había advertido y denunciado su llegada”, y recordó que “como castigo, mis libros, y hasta la mención de mi nombre fueron prohibidos; salvé la vida milagrosamente y vine a parar a España, donde otra feroz dictadura oprimía la libertad”, explicó.

“El mundo parecía un lugar muy peligroso fuera de Montevideo”, afirmó la narradora, ensayista, poeta y traductora que, por su activismo político en movimientos de izquierda y de género fue perseguida bajo el Gobierno dictatorial de Uruguay y también en la España de Francisco Franco, lo que la llevó a radicarse a París unos meses donde se hizo amiga de Julio Cortázar. Ante este panorama, convirtió “la resistencia en literatura, como hicieron tantos exiliados españoles”, dijo la uruguaya, cuyas obras fueron traducidas a más de 20 idiomas y entre las que se destacan “La nave de los locos”, “Estado de exilio”, “El amor es una droga dura”, “La insumisa”, “Habitaciones privadas”, “Cuando fumar era un placer”, “Babel bárbara” y “PlayStation”.

 

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