Un daño que va mucho más allá del que sufre nuestra salud

Edición Impresa

Eva Jané Llopis

Representante de la OMS en Argentina

Hace tiempo sabemos que el consumo de tabaco tiene un impacto profundamente negativo en la salud de las personas, siendo la causa de múltiples enfermedades de gravedad. Mata a más de 8 millones de personas cada año y su consumo es la principal causa de muerte prevenible a nivel mundial.

En la Argentina mueren más de 47.000 personas cada año por enfermedades asociadas al tabaquismo, como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedades cardíacas o cerebrovasculares, y varios tipos de cáncer. Pero el tabaco no solo daña la salud de quienes lo consumen y quienes están a su alrededor, sino de todas las personas a causa de su impacto negativo en el medio ambiente.

El cultivo, la fabricación y el consumo del tabaco envenenan el aire, el agua, el suelo, las playas y las calles de las ciudades con productos químicos, residuos tóxicos, colillas, microplásticos y hasta tres tipos de gases de efecto invernadero.

El impacto es inmenso. Se estima que hasta ahora más de seiscientos millones de árboles se han talado para producir cigarrillos, 84 millones de toneladas de dióxido de carbono se han liberado a la atmósfera en el humo del tabaco elevando la temperatura del planeta, y alrededor de 22 mil millones de litros de agua se han utilizado para fabricar cigarrillos.

Somos conscientes que dejar de fumar constituye todo un desafío, pero hoy se disponen de diversos recursos para ayudar a las personas a combatir la adicción al tabaco. El reto es grande, pero la recompensa es aún mayor: para su salud, para la de quienes les rodean, y para la de nuestro planeta también.

 

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