Más barrios afectados por el descontrol de la noche
Edición Impresa | 4 de Mayo de 2022 | 04:52

Cercano al Paseo del Bosque, ese detalle parecería indicar que se trata de un barrio tranquilo. No lo perciben así sus vecinos, que viven un calvario todos los fines de semana al no poder descansar a la noche por los ruidos molestos y levantarse y tropezar al otro día con los restos de la actividad que genera el boliche situado en 122 entre 50 y 51, corazón de El Dique, Ensenada. Juntaron, tiempo atrás, una veintena de firmas que presentaron en el municipio vecino pidiendo medidas que terminen con el descontrol de la movida nocturna. Aseguran que no consiguieron ninguna respuesta y que el local no modificó ni un ápice su acostumbrado ritmo, por lo que se manifestaron “hartos” de no tener paz en su propio hogar.
Como suele ocurrir en distintos barrios de La Plata donde los vecinos libran una batalla permanente contra bares, cervecerías y boliches que no hacen nada para que sus clientes respeten el descanso de las familias que los rodean, en el caso de El Dique los vecinos ya no saben a quién recurrir para evitar los gritos, los desmanes y las grescas que se arman a la salida del boliche.
Para poder dar cuenta del martirio que significa cada apertura de viernes y sábado, uno de ellos, que vive a la vuelta del local, detalló: “los pibes salen a las 7 de la mañana descontrolados, se matan a trompadas, arrancan picando en los autos a 150 kilómetro por hora, orinan en la puerta de las casas y al otro día los dueños del lugar hacen limpiar el interior con cataratas de agua que desprende un olor asqueroso y nosotros la tenemos que limpiar del cordón de la vereda”.
En ese vecindario lo que se busca es que el local no funcione más. “Nos genera tantos trastornos a cada uno de los vecinos que lo padecemos que consideramos que un lugar así no puede estar ubicado en pleno barrio”, concluyó el hombre.
Otro caso
Como se dijo, el de la zona del Bosque no es el único caso de barrio ganado por los malos hábitos de quienes frecuentan un boliche y la violencia que muchas veces deriva de esas conductas. A una cuadra del local ubicado en 44 entre 10 y 11 los vecinos viven las consecuencias de la actividad nocturna que allí se desarrolla los fines de semana. Según subrayó una de las vecinas que se queja por el descontrol de la zona, “lo único que buscamos es que cierre en el horario que permiten las ordenanzas”. Y es que, el lugar, de acuerdo a lo señalado por la mujer, permanece abierto hasta las diez de la mañana. “Hay jóvenes que entran recién a las cinco o a las seis de la mañana; se nota que vienen de otros boliches. Salen borrachos; en esas condiciones corren carreras con los autos; se pelean. Hemos llamado a Control Urbano y la Policía, pero todo sigue igual. Lo único que pedimos es un poco de respeto”, concluyó.
Un infierno prolongado
La repercusión de la movida nocturna en la vida cotidiana de los vecinos, se sabe, es un hecho en más de un barrio. Una situación que ya lleva años sin resolverse y que con el tiempo se agrava, según afirman las mismas familias afectadas, es la de la zona de la Plaza Islas Malvinas. Han recurrido en ese caso, desde 2017, a distintas autoridades, de diferentes órbitas y gestiones, y no logran todavía que vuelva la calma a la zona.
Los vecinos piden que el boliche sea reubicado en una zona alejada de las viviendas
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