Pasteleros, panaderos y carpinteros
Edición Impresa | 8 de Mayo de 2022 | 02:39

Lucas Martínez tiene 44 años, vive en el barrio de Altos de San Lorenzo y cuando se quedó sin trabajo, comenzó a hacer changas de todo tipo. Albañilería, arreglo de casas, lo que se presentara. Hasta que un día, también, decidió salir a vender unas rosquitas que él mismo cocinaba y que gustaban bastante, por lo que decidió inscribirse en el curso de panadería.
“En realidad -cuenta- yo me iba a anotar en el de mecánica de motos. Pero como ya estaba con el tema de las roscas y me enteré que en la escuela de oficios había también panadería, me anoté en este. Empecé el mes pasado, y con los profesores veo que estoy progresando mucho y que estoy mejorando el producto que vendo, y que las mismas roscas que hacía antes me salen más livianas, de mejor calidad, y que encima vendo más”.
Lucas, durante tres días a la semana, se levanta a las tres de la mañana para comenzar a preparar sus roscas para salir a venderlas por calle 12 y por plaza Italia.
“Hay días que a las 10 de la mañana ya tengo todo vendido. Por ahora voy de a poco y salgo con unas nueve docenas por día, y la gente compra por media. Las vendo a 300 pesos la docena, y aunque no me deja tanta ganancia, voy tirando. Pero estoy entusiasmado porque veo que voy mejorando con la calidad, y pronto voy a incorporar churros, cubanitos, bizcochitos de grasa, donas y masas. De a poquito, esto lo hago tres veces por semana y el resto de los días sigo con changas en la construcción, limpieza, lo que sea; estudio los lunes y jueves en la escuela de 17 a 20,30, y también colaboro con las roscas para un merendero de Punta Lara. Si todo va bien, pienso seguir con esto de la panadería hasta el final de los cursos, y tal vez más adelante pueda concretar el sueño de tener una panadería propia o formar una cooperativa. Siempre está bueno tener una herramienta más para poder trabajar”.
Ricardo Manuel Celis, en tanto, tiene 28 años, es de Los Hornos, y se inclinó por el curso de carpintería.
“Yo ya venía trabajando como ayudante de un hombre que hace muebles a medida -dice- cortando tablas, tomando ángulos y todo eso, y él mismo me dijo que podría aprender mucho más estudiando el oficio con profesores, y le hice caso. Voy dos veces por semana a la Escuela de Oficios y la verdad es que me gusta mucho porque estoy aprendiendo cosas nuevas. También me gustaba el curso para instalar equipos de aire acondicionado, que es una actividad que tiene mucha demanda, pero me pareció que la carpintería es algo más completo, y que me permitiría largarme solo. La idea es que más adelante pueda ponerme un tallercito, ir comprando herramientas y trabajar para mi. Mientras tanto sigo trabajando como ayudante y haciendo changas en obras, pero lo de la carpintería me tira mucho más”.
En los mismos cursos de la Escuela Universitaria de Oficios, por su parte, Yanina Ortiz Pizarro, de 35 años y madre de cinco hijos, del barrio de Ringuelet, se afana por anotar y preguntar todo lo concerniente a los secretos de la pastelería.
“Yo soy ama de casa -cuenta- y siempre me gustó cocinar, pero me tiraba más lo dulce, por eso cuando me enteré que había cursos gratuitos de pastelería en la Universidad, me decidí a anotarme, y la verdad es que estoy encantada. Estoy todo el día haciendo pastafrolas, tartas y bizcochuelos, aunque la materia prima para hacer todo eso está muy cara, y la verdad es que mejoré mucho. Por ahora hago para la familia, pero en cualquier momento me largo a recibir pedidos, porque todos me dicen que las cosas me salen muy bien. Todo esto fue un empujón, porque también estoy terminando el secundario que no había podido completar, y el día de mañana, quien dice, pueda estudiar también obstetricia, que es algo que me gusta mucho, porque nunca es tarde. Pero por ahora, pastelera, voy al curso dos veces por semana, de 17 a 21, y todo lo que me enseñan en el día trato de hacerlo después en mi casa. Es muy lindo, aunque hay que tener mucha precisión, pesar todo, los tiempos de cocción, la decoración, pero veo que voy aprendiendo y que se abre una buena posibilidad laboral”.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE