Un problema que se agrava en las redes, donde no hay control

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RAÚL MARTÍNEZ FAZZALARI *

Frente al bullying, desde el punto de vista legal, no hay posibilidad de contemplar alguna norma porque estamos hablando de menor contra menor. No existe normativa y tampoco la va a haber por esta cuestión de que los protagonistas son menores de edad.

Lo que hoy ocurre con esta problemática es que lo que pasa en el ámbito físico luego migra al ámbito virtual. En ese ámbito virtual, el de las redes, no hay posibilidades de control, de saber, por ejemplo, desde dónde se originan las agresiones. La atomización de las redes, que de alguna forma facilitan el acoso a los chicos, hace que sea muchas veces imposible saber de dónde surgió un video, un comentario, o lo que sea.

Años atrás el tema era Facebook. Hoy Facebook prácticamente no es usado por los jóvenes. Para ellos, todo pasa por Instagram, Twitter y los grupos de WhatsApp.

La imposibilidad fáctica de sabe de dónde vienen las agresiones hace imposible muchas veces cortar esto, que es más fácilmente controlable en el ámbito presencial, en la escuela o a través del diálogo en el hogar.

La gran cuestión a la que hoy nos enfrentamos es que el hecho de que alguien hostigue o moleste a un chicos es algo muy complicado, casi imposible de detener en el mundo virtual.

Uno de los mecanismos que pueden ser eficaces se basa en el testigo, el que festeja, el que replica, el que celebra un acoso u hostigamiento a uno de sus compañeros.

El testigo es el elemento fundamental para cortar la difusión de esto. Es decir: educar para que cuando alguien reciba una agresión hacia otro, no la replique, no la reenvíe.

Esta es una de las maneras de cortar las cadena s de distribución.

La otra cuestión es por supuesto el rol de los adultos. Estar atentos a ver qué es lo que pasa con el chico, lo que se manifiesta físicamente, verbalmente y que da indicios de que algo pasa.

Seria una solución poder recurrir a las redes sociales, denunciar el acoso ante ellas y pedirles una solución para cada caso, pero esto es imposible.

Ni Twitter ni Instagram tienen domicilio en la República Argentina y esto dificulta también la posibilidad de cortar esto desde las redes.

* Abogado especialista en nuevas tecnologías

 

 

 

 

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