Ningún motivo es valedero para poder justificar un faltante de medicamentos

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El faltante ocasional pero recurrente en los últimos días en farmacias de nuestra ciudad de algunos medicamentos de mayor consumo estacional -como ibuprofeno, dipirona, paracetamol y jarabes- que demora la entrega a los pacientes que requieren esas drogas y que fue confirmado por fuentes del Colegio de Farmacéuticos platense genera lógica inquietud, ya que se habla de remedios para tratar afecciones respiratorias.

“Estuvieron en falta remedios que vienen en frasco, como por ejemplo el salbutamol y otros; no son en sí las fórmulas, sino las presentaciones”, dijeron autoridades del Colegio. Se determinó que el problema es por falta de envases, como los frascos goteros y no por escasez de los medicamentos. Ante esa carencia es que han desaparecido de las estanterías de las farmacias algunos productos, que recién a los pocos días vuelven a las góndolas.

Se dijo asimismo que ello explica la faltante de ciertos jarabes o productos como betametasona -corticoides- en gotas, que se han vuelto difíciles de encontrar en algunas farmacias. También la faltante ocurre con el paracetamol en la presentación para tomar caliente, difícil de conseguir.

Es comprensible la preocupación existente toda vez que los resfríos, la tos y los estados gripales, como se sabe, suelen multiplicarse en jornadas frías.

A raíz de las faltas de medicamentos que se registra en las droguerías se consultó a distintos laboratorios y se constató el faltante momentáneo de azitromicina en jarabe, que regularizaría su provisión en una o dos semanas.

Un problema similar afecta el abastecimiento de claritromicina suspensión, de un laboratorio, pero se restableció el de otra marca en presentación de 250 mg.

Es de suponer que las autoridades responsables estarán dando seguimiento y buscando fórmulas para resolver esta suerte de retaceo de medicamentos, que implica la presencia de una situación potencialmente inadmisible.

Existen antecedentes acerca de la virtual imposibilidad de acceso a medicamentos, cuando los bruscos aumentos de precios les impidieron a muchas personas, con bajos haberes, la posibilidad de adquirirlos.

La situación se tornó especialmente crítica a mediados de 2019, ocasión en que la entidad de Defensa de Usuarios y Consumidores cuestionó el fuerte aumento en el precio de los medicamentos experimentado en esa época.

En lo que concierne a lo que ocurre en estos días, los argumentos forman parte de una explicación de las causas. Pero no valen como justificación de los resultados, tan negativos.

En términos generales, corresponde recordar que la salud es un bien inalienable y que, por consiguiente, resulta inimaginable que ningún habitante pueda verse privado de medicamentos.

La salud es un bien prioritario, cuya atención integral debe encontrarse garantizada sin excusas. En estos casos, lo que está en juego es el derecho de toda la población a tener acceso a los medicamentos que necesite.

Así como se presentan situaciones críticas en los hospitales públicos, en donde, por ejemplo, se ha venido constatando la migración de profesionales y en algunas oportunidades la falta de insumos o equipamientos médicos, en el tema de los medicamentos corresponde que las autoridades -y en su caso los laboratorios y la industria farmacéutica- tomen conciencia, asuman la responsabilidad que les concierne y se busquen fórmulas, para que el mercado permita que la población pueda tener, disponibles y a precios razonables, los medicamentos que su estado de salud reclama.

 

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