La vertiginosa dinámica inflacionaria

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Natalia Kidd

EFE

La inflación en Argentina fue en mayo pasado del 5,1 por ciento, algo menor a la de abril último pero aún instalada en un rango elevadísimo y con una vertiginosa dinámica que hace prever a los expertos que acumulará este año un alza de precios al consumidor no vista en décadas.

Con todo -y si bien Argentina no registra variaciones mensuales de precios menores a un dígito desde agosto de 2016-, los niveles registrados entre marzo y mayo conforman un rango de inflación no visto desde septiembre-octubre de 2018, cuando el país, en medio de severas tensiones financieras, cayó en una profunda recesión de la que logró salir recién en 2021.

Entre las subas registradas en mayo se destacan las de salud (6,2 por ciento), un alza impulsada por el aumento en las cuotas de la medicina privada, y de transporte (6,1 por ciento), incentivada por el incremento del 11 por ciento en las naftas. Según informes privados, en el quinto mes del año también se registraron incrementos del 9,5 por ciento en los servicios de telefonía, televisión por cable e internet, del 15,5 por ciento en el gas natural comprimido, y de entre el 15 por ciento y el 20 por ciento en los gastos de comunidad de los edificios.

RECALCULANDO... AL ALZA

Las presiones inflacionarias que vive el mundo son apenas un factor más que explican la carrera de precios en Argentina, una economía con fuertes desequilibrios macroeconómicos y donde el año pasado la inflación se aceleró al 50,9 por ciento anual.

“Los impactos de la inflación internacional más elevada y la guerra en Ucrania vienen sintiéndose hace algunos meses. A ello se le suma la aceleración de la devaluación del tipo de cambio oficial que está realizando el Banco Central, con su correspondiente suba de precios de productos importados intermedios y finales y, por último, el aumento de tarifas que tendrá impactos en este mes y los subsiguientes”, dijo la consultora LCG en un informe.

Antiguas quedaron las previsiones de inflación para 2022 del 33 por ciento formulada por el Gobierno en septiembre pasado e, incluso, la proyección de inflación de entre el 38 y el 48 por ciento incluida en el acuerdo sellado en marzo pasado entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional.

El cálculo más reciente, formulado por los economistas privados que cada mes consulta el Banco Central para su informe de expectativas, arroja un salto anual previsto del 72,6 por ciento, una tasa que, de registrarse, será la más alta desde 1991, cuando los precios al consumidor crecieron 84 por ciento. “Estimamos una inflación para 2022 en niveles del 80 por ciento anual a diciembre, con una leve desaceleración para el segundo semestre (promedio del 4,6 por ciento mensual)”, apuntó LCG.

 

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