“Uno de los tripulantes se operó la cara en Cuba”
Edición Impresa | 2 de Julio de 2022 | 03:53

El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, ratificó que “gran parte” de la tripulación de un avión venezolano-iraní retenido en Argentina y que aterrizó en su país en mayo pasado tiene nexos con el terrorismo internacional.
Además, aclaró que la lucha de Paraguay es contra ese delito y no hacia “ningún país”, ante el malestar expresado por Irán a raíz de declaraciones de funcionarios paraguayos.
En una nota verbal, Irán tachó de “vanas e infundadas” las acusaciones contra los tripulantes iraníes y consideró que no han sido acordes “con el antecedente de relaciones amistosas” entre Teherán y Asunción.
“La inteligencia paraguaya hizo un gran trabajo para poder determinar la peligrosidad de este vuelo y desde que Paraguay informó y alertó se pudieron hacer las averiguaciones”, aseguró Abdo Benítez.
El presidente paraguayo indicó que se conoció que “gran parte de esa tripulación tiene vínculos con el terrorismo internacional”.
“Uno, inclusive, se operó la cara, para cambiarse la cara en Cuba”, agregó el mandatario, quien anticipó que “más cosas se van a saber en el tiempo”.
En ese contexto, afirmó que su país tiene un “compromiso decidido” en la lucha contra el crimen transnacional y el terrorismo.
“Y vamos a seguir, no importa de qué países sean. Acá no es una cuestión contra ningún país, la lucha es contra el crimen internacional y contra el terrorismo”, zanjó.
Fue el 11 de junio cuando se conoció que el Gobierno argentino inmovilizó el avión, y pocos días después el juez ordenó retener los pasaportes e impedir la salida del país de los tripulantes -cinco iraníes y 14 venezolanos-, así como incautar el avión para obtener más datos sobre la nave y qué hacía en Buenos Aires la tripulación del vuelo.
La semana pasada, fuentes judiciales confirmaron a EFE que el piloto, el iraní Gholamreza Ghasemi, tiene un presunto “vínculo” con la Fuerza Quds, una división de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán -definida por Estados Unidos como una organización terrorista-, según un informe enviado por el FBI a la Justicia argentina.
El Gobierno de Paraguay ha indicado que en la nave viajaban 18 tripulantes, 11 venezolanos y 7 iraníes, de los cuales al menos uno ha sido señalado por funcionarios locales, citando informes de EE.UU., de presuntos vínculos con el terrorismo.
El avión, un Boeing 747 Dreamliner de carga, fue propiedad de la empresa iraní Mahan Air y actualmente pertenece a Emtrasur, filial del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), empresas que están sancionadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Aterrizó el 13 de mayo pasado en Paraguay y partió el 16 de ese mes con una carga de cigarrillos con destino a Aruba.
Presuntamente para trasladar cargamento a una empresa automotriz, la aeronave ingresó a nuestro país el pasado 6 de junio procedente de México, haciendo escala en Venezuela, y dos días después despegó para ir a Uruguay a cargar combustible, pero aterrizó nuevamente en el aeropuerto de Ezeiza porque el país vecino no habilitó su aterrizaje. Pero en Ezeiza las petroleras no cargaron combustible al avión por temor a las sanciones de Estados Unidos.
“No tenemos cómo evaluar qué fue lo que causó que no nos abastecieran combustible”, señaló el gerente de Emtrasur, Víctor Pérez.
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