El Centro de Estudiantes que se volvió boliche y escenario para los mejores

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Entre 1987 y 1991 convocaban a más de 2000 personas cada sábado. Cantaron allí Fito Páez, Virus, Miguel Mateos y hasta Charly García. Con lo recaudado, compraron 5 casas para los residentes

Si casi todo tiene su época dorada, la de los centros de estudiantes del interior bonaerense habría que acotarla entre finales de la década del 80 y principios de la del ’90, y, entre todos ellos, hacer foco en el que trascendió como lugar de referencia para los fines de semana de los jóvenes de entonces.

Hablamos de “Bahía”, el boliche que la comisión directiva del Centro de Estudiantes de Bahía Blanca instaló por aquella época en un local de 57 entre 6 y 7, al notar que su sede central quedaba muy chica para las más de 2.000 personas que convocaba cada sábado. Era 1988 y esos pibes que no superaban los 24 años hicieron una fuerte inversión en equipos de sonido e iluminación, que, combinados con ideas e ingenio, hicieron que en las noches de Bahía cualquier cosa fuera posible.

La entrada era barata, igual que las consumiciones, y la condición que distinguía a ese lugar que fue pionero en el tarjeteo en calle 8, era que ningún hombre podía ingresar solo, para garantizar que hubiera un “número parejo de varones y chicas”, explicó a este diario el vocal de fiestas del Centro, Diego Promenzio.

El local tenía dos pisos, en los que funcionaban un pub de comidas rápidas y el espacio para los recitales y bailes, que arrancaban poco antes de la medianoche y se extendían hasta las 7 de la mañana, con los lentos cerrando la pista. Desfilaron por allí los mejores del rock nacional: “Menos a Soda (Stereo) y a los Redondos, tuvimos a todos”, confirma Promenzio, mencionando a Miguel Mateos, Fito Páez (cantó en dos oportunidades); Enanitos Verdes, Palo Pandolfo, Los Fabulosos Cadillacs, León Gieco, Los Twist; Banana Pueyrredón, Virus y Fabiana Cantilo, entre otros.

Fue de la partida el mismísimo Charly García, aunque para su show debieron contratar el Polideportivo. “Muchos de los recitales eran sin aviso, porque no necesitábamos publicidad. Entrabas y te encontrabas con una de estas bandas”, recuerda Promenzio, y eso que uno de los jóvenes que colabora ayudando los afiches era Andrés Duprat, guionista y hermano del famoso director de cine bahiense Gastón Duprat, y también Director del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires -junto con Mariano Cohn- de películas como “El Ciudadano Ilustre”, “Mi Obra Maestra” y “Competencia Oficial”.

Otra propuesta muy convocante eran las fiestas temáticas, como aquella “de la playa”, para la cual llenaron la pista principal con 10 centímetros de arena y hojas de palmera que sacaron del Bosque.

Tanto éxito tuvieron, que lograron comprar las cinco casas para los residentes de Bahía Blanca en el edificio situado en diagonal 77 y 46, cerquita de Plaza Italia, donde a fines de los 80 vivían 44 jóvenes de ambos sexos que no podían pagar un alquiler para estudiar en La Plata. “Se remodelaron a nuevo los baños y las cocinas, instalamos una biblioteca y otorgamos becas de comida, pero también se pudo ayudar a muchas personas (de esa ciudad) con operaciones o cuestiones de salud e hicimos varios viajes a la Costa y a Buenos Aires con micros que alquilábamos para los chicos”, refiere Promenzio, quien luego de recibirse de arquitecto se instaló definitivamente en Bahía Blanca. Sin embargo, nunca soltó del todo aquellos años dorados que se fueron apagando con el acoso de los bolicheros locales y la denuncia de un ex juez federal, que los obligó a mudar el Centro a la avenida 122.

Las redes sociales volvieron a reunir a los fieles seguidores en un grupo de Facebook que se llama “Yo conocí el boliche del centro de Bahía en La Plata”, en el que comparten fotos y recuerdos de aquellas noches pasadas.

Mientras tanto, el centro de estudiantes que en 2020 cumplió 40 años sigue alojando a residentes en diagonal 77, aunque “se vino muy abajo”, reconoce Diego, por lo cual en el último tiempo decidieron encarar distintas ideas para mejorarlo. “Para nosotros sigue siendo nuestra casa”; cierra.

 

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