Un cambio que se multiplica

De norte a sur y de este a oeste, nuestro país se hace eco de esta conciencia ecológica global en proyectos de diversas dimensiones y áreas.

Muchas marcas empezaron a mirar hacia el futuro en cuanto a los ecopacks, pensando en formatos sustentables para reemplazar a los envases de plástico.

Un ejemplo de esto es una tradicional fábrica de chocolates de Bariloche, que fue transformando todo su packaging en virtud de una filosofía sustentable... Diseñan todas sus cajas para tener un segundo uso, al igual que las latas coleccionables. También reemplazan los termoformados plásticos interiores por cartón y las bolsas que utilizan para entregar cada compra son de tela o ecológicas y compostables, hechas con almidón de maíz.

Algunas casas veganas están reemplazando los packagings por cajas hechas de cartulina compostable con Certificado FSC (es decir, del Consejo de Administración Forestal). Las tintas que usan en la impresión son hechas a base de aceite vegetal y las bolsas que entregan son reutilizables.

Un producto que hasta hace poco tenía poco marketing y hoy en día es muy buscado para su uso cotidiano son las composteras. Las hay de diversos materiales, tamaños y formatos. Algunas, hasta traen bolsas de arpillera recicladas para guardar el compost generado.

El rubro de la cosmética natural, que es tendencia entre quienes eligen una forma de vida más en diálogo con la ecología, también hace foco en que sus envases conserven la filosofía de un bajo impacto en el medio ambiente. Algunas utilizan envases de aluminio y cajas de cartón 100 por ciento reciclable. La elección del material se debe a que casi la totalidad de los productos de aluminio pueden ser reciclados, sin perder su calidad ni propiedades. También es un material resistente al agua, a la corrosión e inmune a los efectos dañinos de los rayos UVA.