Dolor por la muerte de la estudiante de Medicina asesinada en Cipolletti: habló el amigo que la encontró

La joven de 19 años atacada en Cipolletti, que sufrió muerte cerebral por los golpes, falleció en las últimas horas. La familia confirmó que sus órganos fueron donados y pronto trasladarán el cuerpo a La Pampa, de donde es originaria, para darle el último adiós.

La investigación avanza sobre un caso del que se sabe poco y nada. La víctima, María Agustina Fernández, llegó a Cipolletti para estudiar medicina. La noche del sábado se reuniría a cenar con un amigo y vecino del complejo donde vivía, sobre calle Confluencia al 1300.

Pablo Parra, el dueño del departamento donde estaba Agustina, la invitó a cenar. Mientras ella subió “cinco minutos” a su hogar, él la esperó y luego le dejó la llave para luego ir de compras. Al volver, se encontró con la dramática escena. 

Rápidamente llamó a la policía, pidió ayuda a los vecinos y llegó la ambulancia, que trasladó a la joven al Hospital Pedro Moguillansky. Por el momento no hay detenidos, las cámaras de seguridad del complejo estaban fuera de servicio y no hay indicio de qué podría haber pasado o quiénes fueron los autores. 

Puesto que en las redes sociales apuntaron contra Pablo Parra, el joven decidió romper el silencio para contar su verdad. Además, reveló que se acercó a hablar con los padres de su amiga pero estos se negaron. 

El relato indicó que arreglaron la cena cerca de las siete de la tarde. Ella lo esperaría en su departamento mientras él iba a hacer compras para la comida. “Habrá pasado una hora”, dijo, desde que se fue y volvió a su hogar con helado y cervezas. 

Al llegar, le pareció extraño ver la luz apagada. Al encenderla, halló a Agustina tirada en el piso “convulsionando”. El cuarto estaba revuelto, había un tender de ropa tirado y lo que encontró luego, le hizo confirmar sus sospechas: podría tratarse de un robo.

No sería la primera vez ya que al inquilino anterior “le entraron dos o tres veces”. Él sospecha que el o los autores del crimen habrían visto salir su automóvil y aprovecharon el momento para robar. 

El alambre de púa que cerca el patio estaba “tirado del otro lado”. Al otro lado del muro hay un baldío y una casa en construcción. Al asomarse vio que había una escalera situada para poder entrar y salir. Por las marcas que tenía en las manos, es posible que Agustina se haya defendido pero el o los agresores “pegaron a matar”, aseguró su madre Silvina Capello. 

Luego, el dueño del departamento pudo confirmar que le robaron su celular, el de Agustina, mil dólares y ropa. La Justicia obtuvo más de 20 testimonios de vecinos pero no hay testigos del hecho. Además, analizan 200 horas de videos pertenecientes a cámaras de seguridad de la zona.

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