Fuego a pura leña: por el frío, crece el uso de las salamandras

Con valores de entre 22.000 y 32.000 pesos la tonelada, según se trate de troncos de eucalipto o quebracho, la demanda no sólo aumentó en esta temporada sino que se multiplica año tras año

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Con el frío más riguroso instalado en la Región, aumenta el consumo de leña. La demanda se incrementa por estos días a raíz de dos causas: un gran número de urbanizaciones carece del servicio de gas natural y la energía eléctrica les resulta marcadamente más cara a las familias que necesitan calefaccionar sus hogares y por otro lado, puestas de moda desde hace unos años, crece la cantidad de salamandras que se instalan en las viviendas recién terminadas, incluso en muchos barrios cerrados.

De acuerdo a lo que averiguó este diario, por 100 kilos de leña se paga entre 2.500 y 2.800 pesos, mientras que la tonelada (para aquellos que quieren cubrirse un largo tiempo en la temporada de invierno) se consigue entre 22.000 y 32.000 pesos, según sea madera de eucalipto o de quebracho.

En la leñera del camino Belgrano y 455 aseguraron que las ventas se mantienen desde hace unas semanas a “ritmo acelerado”, impulsadas por un registro de temperaturas bajas que se da desde mediados de junio.

Del mismo modo se subrayó que la demanda del producto de los árboles aumenta año tras año debido a la construcción de distintos barrios, tanto en el norte de la Ciudad, como en el sur, donde la expansión urbana es exponencial.

“Aumentó bastante el consumo y está directamente relacionado al frío. Esta temporada debe ser una de las más largas de los últimos treinta años: empezó muy temprano y con muchos días continuados de frío, además de muchos días nublados; todo eso ayuda a que se venda más leña”, explicó Leo Labriola, dueño de la leñera de City Bell.

En rigor, es una muy amplia variedad de especies las que se utilizan para leña, como casuarina, tala, aromo, fresco, itín. Aunque lo más llevado por los consumidores, como se dijo, es eucalipto y quebracho. “Todas son buenas, pero la gente lo desconoce y no las pide”, señaló Labriola.

La tonelada se compra dentro de un rango de entre 22.000 y 32.000 pesos, dijo el vendedor de leña del camino Belgrano. En ese caso, que se maneja básicamente con los envíos a domicilio, depende de la distancia con el local el cobro del transporte, y además, donde no se paga por ese servicio se exige sí una compra con un mínimo de kilos, que va desde los 300 a la tonelada.

Uno de los costos que encarece la leña que se vende en las casas especializadas en ese material, según se explicó, es el precio de la nafta y el gasoil, que no para de subir. Y eso es porque además del recargo por el flete cuando la mercadería llega desde otros puntos del país, los troncos se cortan con motosierra, que funciona con hidrocarburo.

El aumento del gasoil y a nafta también incide en el precio de la leña, se indicó

El crecimiento que se advierte en el consumo de leña, se cree, va a mantenerse varias semanas más, pues la temporada “fuerte” del mercado se da en los meses de junio, julio y agosto.

La zona sur de la Ciudad ha sido una de las que más se ha urbanizado en los últimos años. Carece, a pesar de la expansión poblacional hacia ese sector, de algunos servicios de infraestructura, como la red de gas.

Si bien en líneas generales las familias que residen en Villa Garibaldi, Parque Sicardi y Arana se vuelcan al consumo eléctrico para el funcionamiento de los artefactos domésticos, en un buen número de viviendas, dotadas de salamandras, en los meses más fríos del invierno se recurre al uso de la leña.

Otra opción: la garrafa

Gabriela, vecina de Villa Garibaldi, aclimató su casa durante años con leña, alternando entre la producida por el eucalipto y la del quebracho. Últimamente, por el precio al que llegó esa forma de combustible, la mujer desistió de usar la salamandra y recurrió a las estufas a gas, pues la garrafa se compra a 800 pesos la de 10 kilos. “Me estaban pidiendo como 40.000 pesos por la tonelada de quebracho y 22.000 por la de eucalipto”, indicó.

En tanto, Bernardo, vecino de uno de los barrios que se están formando en la localidad de Arana, puntualizó que “en esta zona se usa mucho la leña para abastecer las estufas hogar o las salamandras. En cambio, para la cocina se usa el gas envasado”. En esa casa, donde viven dos personas, según contó el vecino, una garrafa de 10 kilos dura entre 15 y 20 días “si no se usa mucho”.

Sin embargo, en las casas de venta de garrafas, estiman que si se conecta el envase a un estufa, en los días de temperaturas muy bajas, como las que están experimentando la Región en estas semanas, uno de 10 kilos apenas alcanza para no más de una semana.

En el caso de las garrafas de 10 kilos, el precio es regulado por la Secretaría de Energía de la Nación, ya que dichos envases están enmarcados en el Plan Hogar o corresponden a las “garrafas sociales”.

Con el último aumento, con ese beneficio de Anses, la garrafa pasó a costar 496,80 pesos.

 

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