Boca, River y ahora también Estudiantes

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La implementación del VAR en este lado del mundo viene siendo ciertamente complicada. Y es que a la falta de unanimidad en los criterios, serie a serie se le suman polémicas y decisiones que parecen estar lejos de la justicia, precisamente lo opuesto a lo que pretende la asistencia arbitral.

Ya le pasó a Boca, el año pasado en la serie frente a Atlético Mineiro, tanto en La Bombonera como en Brasil. Primero en un gol de González en el cual el árbitro observó, a instancias del VAR, un supuesto empujón de Briasco en la previa a la definición, y ya en cancha del Mineiro, un offside muy fino del ex Lanús antes del gol de Marcelo Weigandt.

Y hace semanas nada más, y en esta misma edición de la Libertadores, el gol de Matías Suárez que le daba a River la chance de igualar el cruce con Vélez, tanto que finalmente no fue convalidado por una supuesta mano del ex Belgrano.

Lo llamativo, hablando de criterios diferentes, es que el gol del Millonario no valió y el del jueves por la noche de Vitor Roque, muy similar al de Suárez, sí.

Lo único concreto es que el VAR es una herramienta útil, pero su utilización, por lo menos en Sudamérica, está lejos de serlo.

 

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