Los pedidos de restitución
Edición Impresa | 2 de Agosto de 2022 | 03:29

La declaración de sitio sagrado de los pueblos originarios al Volcán Llullaillaco, resuelta por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), reabrió el debate planteado por comunidades originarias sobre la restitución de los tres cuerpos hallados en 1999, conocidos como Los Niños del Llullaillaco, que son exhibidos en la actualidad en el Museo salteño de Arqueología de Alta Montaña (MAAM).
“Vemos con muy buenos ojos esta declaración – señaló el director del MAAM, Mario Bernaski – y de hecho siempre le dimos tal tratamiento al Llullaillaco, porque es el rol que le dieron los Incas a este tipo de Apus (montañas divinas) y eso fue así desde el momento constitutivo del museo. Inclusive en 2007, antes de hacer la apertura de la exhibición de los niños, las autoridades del museo se reunieron con 15 caciques de comunidades originarias, y uno de ellos dijo “déjalos que cuenten en su silencio”. Y esa es la idea, dejarlos que cuenten en su silencio, en un marco de respeto. Por supuesto que es debatible, genera sensaciones, a unos les gusta, a otros no, pero nos da la posibilidad de verlos, indagar y nos transmiten una cultura que sigue estando viva en nuestra forma de pensar y hacer las cosas. Es una cuestión de aprendizaje e identidad que nos van ayudando a recuperar. También comunidades originarias de la Puna realizaron una ceremonia fantástica de armonización con el MAAM, porque sentían que ya había pasado mucho tiempo y este ya se había convertido en el hogar de los niños”.
Por su parte, tras la resolución de declarar “sitio sagrado” de los pueblos originarios al Volcán Llullaillaco, el Equipo Pueblos Originarios del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) recordó que “hace 12 años la Comunidad Aborigen Kolla de Tolar Grande hizo una presentación donde pide la restitución de los restos de estos niños, solicitud reiterada en 2020 que hasta ahora no tuvo respuesta”.
En sus considerandos, la resolución del INAI recuerda que “numerosas comunidades y organizaciones indígenas a lo largo de dos décadas han solicitado la declaración de sitio sagrado a los enterratorios ubicados en el Volcán Llullaillaco, y la restitución de ‘La niña del Rayo’, ‘La doncella’ y ‘El niño’, exhumados del centro ceremonial con restos humanos más alto del mundo, a 6.730 metros de altura, en la cumbre del volcán”.
El INAI señala que el centro ceremonial Llullaillaco es “uno de los más importantes del continente, cuenta con un cementerio comunitario a 4.900 metros de altura, con un camino que incluye edificios que van desde la base hasta la cima, constituyéndose así en un centro de ofrendas único en el país”.
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