Zielinski y Estudiantes: un pacto para vivir
Edición Impresa | 20 de Agosto de 2022 | 01:38

Ricardo Zielinski se fue de la cancha de Argentinos como nunca antes. Pocas veces exteriorizó su fastidio como el jueves. Se la agarró con Andrés Merlos por lo pocos minutos que adicionó, pero en realidad su bronca era por otra cosa. Un tipo de tantos años en el fútbol sabe cuándo los ciclos se terminan. Y él, como casi todos, entendió que algo decididamente estaba saliendo mal.
Por eso el viaje de regreso al Country fue tenso y silencioso. Pocas palabras y la promesa de hablar al día siguiente. Y así fue. Ayer, luego de la práctica, hubo reunión con el entrenador. Estuvieron los principales dirigentes, entre ellos el presidente Martín Gorostegui, el vice Juan Sebastián Verón y los hombres del fútbol profesional. Desde el Club desmintieron que haya renunciado: “charlamos del mal momento del equipo y la necesidad de cambiar de manera urgente para volver a jugar la Copa Libertadores 2023”, dijeron.
Lo cierto es que desde hace unos meses la relación no es como al comienzo. Jugadores y dirigentes empezaron a no estar tan de acuerdo con su manera de jugar y plantear partidos, el poco lugar a los jugadores juveniles y la falta de recursos para que sus futbolistas resuelvan en la cancha. De alguna manera empezaron a no estar tan en sintonía.
Pero los resultados acompañaron y con el tren a toda velocidad no era momento de pararlo. La Copa Libertadores fue la gran zanahoria que hizo a todo el Mundo Estudiantes correr detrás de ella. Ni siquiera la eliminación por penales ante Argentinos ni la prematura salida de la Copa Argentina le abrieron la puerta de atrás aunque a esa altura el diálogo era cada vez menos fluido. Sonaron nombres como Sebastián Beccacece y hasta Ricardo Gareca, pero sólo eso, nombres.
“El pacto fue seguir todos juntos hasta fin de torneo y después barajar de dar de nuevo”, contó una fuente consultada días atrás por este medio, en el medio de los rumores del alejamiento del entrenador. La misma persona confirmó la distancia futbolísticamente con algunos jugadores se empezó a ser más visible.
No hace falta meter una cámara en el Country para ver cómo le molestó a Mauro Boselli haber sido reemplazado ante Talleres. Lo mismo pasó con Pablo Piatti cuando se fue en el encuentro del jueves. Ambos son grandes y saben que hay mil ojos mirando. Equivocaron el modo y el lugar de su protesta.
En la reunión de ayer también se habló de sus planteos. Defender con cinco jugadores no le está dando resultado al equipo, que no tiene nada de juego. ¿Cómo lo va a tener con cinco defensores y una pareja de volantes que no pasa la mitad de cancha? Ahora está en Zielinski atender al reclamo y saber cambiar a tiempo para no empezar a borrar todo lo que construyó en casi dos años.
“Es mentira que presentó la renuncia”, le dijeron a este diario. Pero confesaron que el entrenador está un poco desgastado y tanto él como sus ayudantes ya no están cómodos. De su lado salió la versión de su alejamiento.
No obstante la propuesta para irse a dirigir a Brasil la tiene arriba de la mesa desde hace unos meses. Lo saben los dirigentes desde el minuto cero. Es más, en la estadía de Estudiantes en Fortaleza tuvo una reunión con un empresario local en el bar del hotel donde concentró la delegación. En una mesa estaban todos los dirigentes y a unos metros el Ruso con esta persona. Nadie se molestó porque su salida del Club era y es una posibilidad muy concreta al término del torneo.
El tramo final de la temporada puso a las tres partes en el mismo barco: la Copa Libertadores. Antes, durante y después de cada partido no hubo malestar. El objetivo era uno solo y estaba más que claro: clasificar a las semifinales. Estuvo muy cerca de hacerlo, pero su mala puntería, el sospechoso arbitraje de Andrés Matonte y la distracción del final lo dejaron con las manos vacías. Y revivieron las diferencias.
Por eso el 0-1 en La Paternal volvió a generar fastidio y dudas. Los jugadores se fueron sin hablar, lo mismo que el entrenador. No fue una derrota más. Y por eso el viernes se habló todo el día de su salida de Estudiantes.
Pero por ahora no se irá. El pacto para (con) vivir es claro: Estudiantes quiere que siga siendo el técnico porque de momento no hay un reemplazante a mano, los jugadores entendieron que tienen que dejar de lado sus disgustos por planteos y el técnico aceptó el desafío de volver a poner la guardia alta para los últimos trece rounds de la temporada. Pero seguramente se verán cambios en el equipo. Los resultados dirán si llega al final o se marcha antes de tiempo. Es muy difícil que siga siendo el entrenador para 2023, pero no es la mismo irse por el portón principal que por una salida del costado. No obstante sea cual sea el final todos los protagonistas saben que su ciclo fue, de mínima, bueno o muy bueno. Por eso el propio Zielinski es quien quiere irse. Pero por ahora no lo hará, salvo que el lunes el resultado ante Unión sea negativo. De momento sigue siendo el capitán del barco.
El DT deberá cambiar algunas ideas; y los jugadores dejar de poner cara cuando salen. Contra Unión se verá si este nuevo "proyecto" tiene fundamento o es el capítulo final de un ciclo positivo desde lo numérico.
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