Horas de fuego y tragedia: seis muertos en dos incendios

La Región quedó en carne viva. Cruzada por dos historias de fuego y horror, que tuvieron un saldo de seis personas muertas, entre ellas cuatro menores de edad.

Ayer por la madrugada, en jurisdicción del barrio San Carlos, un atroz incendio convirtió una casa en una trampa mortal.

Fueron tres las personas fallecidas y otras dos que sufrieron quemaduras de distinta consideración.

Horas más tarde, cuando crecían las muestras de dolor por ese episodio súbito, imparable y, de consecuencias devastadoras, otro siniestro en Berisso, con la misma cantidad de víctimas (ver pág. 15), dejaba en todos las peores sensaciones.

Fueron seis vidas que se perdieron en un puñado de minutos y pese a los desesperados intentos por ponerlas a salvo.

Se trató de un esfuerzo de muchos, espontáneo, que nunca reparó en peligros, pero que lamentablemente resultó infructuoso para evitar tanta tragedia.

En el caso de La Plata, que ocurrió en la calle 147 entre 517 y 518, los bomberos llegaron al lugar en minutos y se toparon con una creciente desesperación, la cual describía de manera cabal la gravedad de la escena.

La propiedad, que era de material, ya había sido ganada por las llamas, que brotaban por el techo y se lanzaban al cielo con varios metros de extensión.

El humo negro era intenso, lo que dificultaba la respiración y las tareas de rescate.

De acuerdo a lo que informaron los pesquisas, el inmueble no era de grandes extensiones, lo que potenció el daño.

En un primer momento, los rescatistas pudieron auxiliar a una joven de 28 años y a tres menores de edad, dos de los cuales resultaron ilesos.

La mujer y una adolescente de 13 años, con algunas quemaduras de distinta entidad, fueron trasladadas por equipos de emergencias del SAME hacia el Hospital San Martín y el de Niños, respectivamente.

Quienes no pudieron salir, en base al reporte oficial, fueron un joven de 22 años (Agustín López) y dos nenas, una de 2 (Luna López) y otra de 8 (Ángeles Mansilla).

Sus cuerpos carbonizados aparecieron cuando los brigadistas ya habían extinguido el foco ígneo y realizaban el escombramiento en busca de pruebas para saber qué pudo desatar el fuego.

Por ahora todo es materia de investigación, que necesariamente contará con los peritajes técnicos y algunos testimonios, entre ellos el de los damnificados que sobrevivieron a tanto espanto.

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Las consultas apuntarán a conocer el estado edilicio y de sus instalaciones eléctricas y de gas.

También qué tipo de artefactos empleaban dentro de la finca, sobre todo para calefaccionarse. Esa es una de las hipótesis principales.

Que el sistema eléctrico se haya recalentado y, que una chispa haya caído sobre algún trozo de tela, lo que pudo provocar el inicio de las llamas.

Se sabe que la familia en ese momento se encontraba durmiendo y que, tal vez por la acumulación de gases, no logró reaccionar a tiempo.

En el parte policial se indicó que, en medio de la tensión que había en el barrio, hubo actitudes que se tornaron hostiles hacia los uniformados.

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UN ENEMIGO PELIGROSO

Como se sabe, la exposición e inhalación del humo y gases tóxicos en un incendio provoca daños tanto en forma aguda como crónica y además del riesgo de muerte pueden dejar secuelas, algunas irreversibles.

Los especialistas dicen que “la falta de oxígeno, el aire caliente y el efecto combinado de estos gases tóxicos potencia su capacidad de injuria química y física en piel, mucosas, vías respiratorias, parénquima pulmonar y en todos los sistemas de la economía siendo los más vulnerables el corazón y el sistema nervioso central”.

Estos gases son producto del calor y de la combustión completa e incompleta de distintos materiales que se hallan en el lugar del siniestro.

El monóxido de carbono provoca la gran mayoría de las muertes en los incendios. Se trata de un gas incoloro e inodoro que está presente en todos los siniestros de este tipo, fundamentalmente cuando la ventilación es deficiente y la combustión incompleta.

A todo esto, la causa, por “incendio y averiguación de causales de muerte”, quedó radicada en la sede de la subcomisaría La Unión, con conocimiento de la UFI N° 17 de María Eugenia Di Lorenzo y el Juzgado de Garantías N° 6.