Una multitud vibró con la edición 48 del clásico
Edición Impresa | 4 de Septiembre de 2022 | 04:16

El barrio de La Cumbre desde muy temprano se vistió de fiesta para recibir al derby Nº 48 del historial y a eso de las 9 de la mañana los que empezaron a dirimir la justa deportiva, fueron las divisiones infantiles de ambos clubes que desbordaron las instalaciones de la “Villa Marista” y a pura pasión jugaron “su” sábado ante el clásico rival.
Y decididamente eso fue parte de lo mejor del día. Cualquiera que pasar por la avenida 520, lo tuvo que hacer a paso tranquilo y a veces, a “paso de hombre”, porque los accesos al predio marista no mostraron lugar alguno vacío y muchos tuvieron que dejar los vehículos, bien lejos de las entradas principales.
Es que la temperatura y el diáfano día, invitó a toda la familia ovalada, a querer no perderse el derby que enfrentó a amigos y alguna familias durante 80 minutos de juego. Y todo se vivió con muchísima algarabía; los partidos previos como las Preintermedias A, B y C, terminaron con sendos triunfos maristas y para romper con esa monotonía, La Intermedia regaló un partido parejísimo que recién se definió al final con victoria del Verde, en un triunfo que fue muy festejado.
Después llegaría el plato principal con las dos Primeras que ingresaron al campo de juego por un túnel de honor formalizado por un infinito corredor de jugadores infantiles de ambas instituciones.
Hasta tres filas de espectadores hubo ayer en el club San Luis y fue una gran fiesta
Y entonces sí, el mensaje que toda la semana previa bajó de ambas comisiones directivas, como de los dos capitanes de la Primera, apelando al respeto y a la no violencia, encontró su lugar para convertir una durísima justa deportiva, en lo que realmente fue: otra de las cosas que distinguen a nuestra cultura, donde el rugby se mezcla con la pasión por los colores y el sentimiento por la camiseta.
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