Motivos por los que persistirá la escasez de dólares en 2023
Edición Impresa | 13 de Enero de 2023 | 00:34

Informe Econviews
eleconomista.com.ar
El Banco Central puede perder reservas por U$S 5.600 millones en 2023 como resultado de una baja en las exportaciones, un déficit por turismo más elevado y por el crecimiento en el pago de intereses.
La disponibilidad de dólares no fue un tema menor el año pasado pero gracias al dólar soja y al financiamiento del FMI, el Gobierno logró acumular reservas y cumplir la meta pactada con dicho organismo.
Después del fenomenal atraso cambiario de 2021, las reservas quedaron en una situación delicada. El stock disponible no era suficiente para afrontar los pagos que debían hacerse al Fondo Monetario Internacional.
En ese contexto fue necesario apurar las negociaciones y firmar un nuevo acuerdo. Esto permitió no solo cubrir todos los vencimientos que quedaban por pagar sino también recibir alrededor de U$S 4.200 millones que sirvieron para financiar gastos corrientes y a la vez engrosar las reservas.
La guerra entre Rusia y Ucrania también afectó las reservas internacionales. Por un lado, hizo subir los precios de las materias primas que se exportan, lo cual jugó a favor, pero también se disparó el precio del gas y eso hizo que la demanda de dólares para importarlo sea más alta. El conflicto bélico le costó al país U$S 5.000 millones ya que el aumento de precios de los productos agropecuarios no lograron compensar las subas en energía, fertilizantes y fletes.
Brecha cambiaria
A pesar de tener un incentivo por el lado del precio internacional, una brecha que promedió casi 100% en todo el año (con un pico de 160% en julio) desincentivó fuertemente las liquidaciones del agro. Esto llevó a que el gobierno deba ofrecer un tipo de cambio diferencial a los productores de soja en septiembre ($200 por dólar) y diciembre ($ 230 por dólar). Con este programa el Banco Central pudo comprar U$S 4.974 millones y U$S 2.325 millones respectivamente.
En cuanto a las importaciones, las restricciones se intensificaron. En la última revisión, el FMI identificó 7 medidas que se tomaron desde que se firmó el acuerdo que apuntan a mayores controles o a múltiples tipos de cambio. Entre ellas, en junio, el Banco Central limitó el financiamiento de importaciones a empresas que superaron en 5% el promedio mensual de gastos registrados en 2021 y las forzó a recurrir a los bancos, entidades del exterior, casas matrices y proveedores a la hora de hacer parte de sus pagos. La normativa también establecía, según el tipo de bien, plazos de financiamiento obligatorio de entre 180 y 360 días para gran parte de las importaciones.
En todo el año el Banco Central compró U$S 5.824 millones en el mercado, aunque los dos programas de incentivo exportador tuvieron mucho que ver en este número. De acuerdo con nuestros cálculos, las reservas internacionales netas subieron U$S 5.399 millones punta a punta, pasando de U$S 2.325 millones a U$S 7.724 millones.
Un año complicado
La mala noticia es que el 2023 tampoco será un año fácil. Estimamos que el Central perderá reservas por alrededor de U$S 5.600 millones.
Las exportaciones serán más bajas que en 2022, sumando unos U$S 80.600 millones. Esto se explica por menores precios de las materias primas exportadas, pero también por menos cantidades. La sequía jugará en contra y las proyecciones de cosecha indican que este año será peor al que pasó. Sin expectativas de una devaluación del dólar oficial creemos que habrá nuevas ediciones del dólar soja, en junio y en septiembre y, aunque podría cambiar, su implementación en dicho período ayudaría a cumplir las metas con el FMI.
En lo que respecta a las importaciones, también caerán de la mano de más racionamiento, pero en menor medida que las exportaciones. Lo cierto es que ya son muy bajas y sin importaciones la actividad tendría un parate importante. Esto sería malo para el Gobierno pensando en términos electorales. Tampoco es bueno desde el lado de la inflación porque más escasez haría subir los precios. Con todo esto el superávit comercial bajaría de U$S 22.500 millones en 2022 a U$S 18.000 millones en 2023.
El balance de servicios empeorará levemente, por dos cuestiones: una es que la inflación internacional hace que esas importaciones sean más caras. La otra es referida al turismo. Recién este año tendremos condiciones normales en los 12 meses (a principios del año pasado hubo un rebrote fuerte de Covid). Adicionalmente la medida para que los extranjeros puedan pagar con tarjeta al precio del MEP no tendrá impacto sobre el MULC. Estimamos que solo por turismo se irán unos U$S 7.700 millones netos y la cuenta de servicios totalizará un déficit de U$S 10.700 millones.
El pago de intereses va a ser algo más alto este año. Los compromisos con el Fondo llegan a U$S 1.900 millones y a los bonistas privados habrá que pagarles poco más de U$S 1.000 millones en enero y julio (el año pasado habían sido U$S 690 millones cada mes). En resumen, 2023 será un año con menos exportaciones, mayor déficit de turismo, más pago de intereses y sin plata fresca del FMI como hubo en 2022.
Todo esto es lo que explica la caída de reservas que proyectamos. Recién en 2024, con un nuevo Gobierno y otra estrategia cambiaria la situación puede empezar a mejorar.
Econviews es la consultora que dirigen los economistas Miguel Kiguel y Andrés Borenstein.
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