Usar el aire o gastar menos nafta, ¿qué elegís?: las dos cosas...
Edición Impresa | 14 de Enero de 2023 | 01:51

Salvo algún que otro desprevenido, todo el mundo sabe que el auto consume más nafta cuando encendemos el aire acondicionado y le damos “duro y parejo” en estas épocas de mucho calor. Pasa lo mismo al andar rápido o cuando el vehículo va muy cargado. Pero lo que menos se conoce es que, si se sigue una serie de pautas, es posible lograr que estos mundos antagónicos convivan un poco menor y eso, en definitiva, reditúe en un beneficio para el conductor.
Llenar el tanque de combustible cada vez cuesta más y aprovecharlo al máximo se vuelve una necesidad para más personas que, por cierto, no quieren que viajar se vuelva un suplicio por el calor y pretenden utilizar el aire acondicionado sin restricciones. Nada de volver a las épocas en las que todo el mundo bajaba las ventanillas del coche -la mayoría de los autos no contaban con dicho sistema- cuando la temperatura volvía agobiante el encierro y “nadie se moría” ni mucho menos.
El uso adecuado del aire acondicionado puede evitar un consumo excesivo de combustible
Pero bien, para no hacerla más larga, ¿qué se puede hacer para usar el aire acondicionado sin que se dispare el consumo de nafta? Bien, aquí algunos consejos de especialistas en el tema, para conseguir mejores resultados sin complicarse demasiado la vida.
Evitar el “efecto horno”
Antes que nada, es clave no dejar el auto al rayo del sol, algo en lo que muchísimas personas no reparan y que resulta decisivo, porque obliga a forzar la refrigeración para aplacar el calor “infernal” del interior del habitáculo hasta que vuelve a ser agradable estar allí. Cuando un auto queda al sol con las puertas y ventanillas cerradas, se produce un “efecto horno” por el que la temperatura interior puede trepar hasta los 70 grados. Por eso, si fuera imposible dejar el coche a la sombra, es fundamental usar parasoles, cortinas o persianas a fin de conseguir que el habitáculo se mantenga lo menos cálido posible.
Arrancar con las ventanillas bajas
Si el auto estuvo estacionado al sol, el habitáculo se encontrará a una elevada temperatura y el aire acondicionado tendrá que hacer un gran esfuerzo para reducirla. Por eso lo primero que hay que hacer es abrir todas las ventanillas, independientemente de que dé la sensación de que eso no permitirá bajar la temperatura. Y poner en movimiento el vehículo para que el aire, aunque sea caliente, empiece a circular. Eso favorecerá que la temperatura empiece a descender.
Utilizar el “recirculador”
Los sistemas de refrigeración de la mayoría de los vehículos tienen un botón con una flechita doblada, cuyo uso es crucial en verano. Al activar la función de “recirculación” se usa menos energía, porque el equipo está enfriando sólo el aire que ya está dentro del vehículo, y no trayendo aire exterior más cálido para enfriar.
Dirigir hacia arriba los flujos de aire frío
El conductor puede elegir a qué rejillas dirigir el aire. Para aprovechar al máximo el frío generado por el equipo, lo ideal es configurarlo para que “sople” sólo por las ventilaciones superiores.
Para refrescar a los de atrás, despejar el piso
Muchas veces el conductor y su acompañante se sienten frescos, pero los que viajan en los asientos traseros se quejan de que tienen calor. La reacción común, entonces, es hacer que el aire funcione a mayor potencia. Pero la solución podría ser mucho más sencilla y barata. A menudo basta con no poner objetos debajo de los asientos de adelante, porque podrían dificultar el paso del flujo de aire frío hacia la parte trasera del habitáculo.
Usar la temperatura justa, sin enfriar de más
En los autos con un termostato digital, se recomienda fijar la temperatura en no menos de 24 grados, e idealmente en 25° o 26°: eso alcanza, según los expertos, para que la mayoría de las personas se sientan bien, con ropa suelta.
En rutas y autopistas, encender el aire
Muchos creen que, al circular a altas velocidades, pueden ahorrar combustible si apagan el aire acondicionado, abren las ventanillas y refrescan el vehículo con la corriente. En realidad, eso resulta contraproducente.
Desactivar el aire antes de llegar
Esto ayuda a reducir la humedad en el evaporador, disminuyendo la aparición de olores desagradables en el interior del vehículo. La otra gran ventaja de hacer esto es que se ahorra energía, ya que el sistema continuará “soplando” aire frío durante varios segundos sin utilizar el compresor.
Mantener limpios los filtros de aire
El filtro de polvo y polen reduce la penetración de partículas del aire exterior en el interior del vehículo, y necesita ser reemplazado regularmente para no perjudicar la eficiencia del aire acondicionado.
Revisar con frecuencia las tomas de aire
Otro problema frecuente que lleva al acondicionador a funcionar mal y consumir más energía es que queden tapadas las tomas de aire que están frente al parabrisas, del lado exterior. Hojas, pequeñas ramas o frutos y otros materiales caídos sobre el vehículo pueden ser los causantes de que el aire no esté ingresando adecuadamente. Para que el sistema no pierda eficacia por estas causas, basta con adoptar el hábito de revisar y despejar las tomas de aire cada vez que nos acercamos al auto, y antes de encender el motor. Lleva pocos segundos y el beneficio es inmediato.
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