Eric Ramírez, ese atacante tan desprolijo como temible, que factura goles valiosos

Dos aciertos a la red que no tienen precio fue el aporte vital del mismo que rescató Maradona cuando pocos le veían condiciones de mérito

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Martín Mendinueta

@firmamendinueta

A mitad de semana, en el peor horario que le podían asignar y ante un rival exigente, Gimnasia se las arregló fantástico para obsequiarles a sus hinchas un desahogo esencial.

Corriendo mucho, peleando siempre y entregando la respuesta de carácter indispensable en la coyuntura que lo tiene como protagonista, el Lobo no falló.

Teniendo claro el arduo desafío que transita, su director técnico armó un plan y les entregó a sus jugadores la responsabilidad de cumplirlo. Uniendo inteligencia y efectividad se le hizo sencillo anotar nada menos que tres goles para encaminarse hacia una victoria muy cercana a la perfección.

No es que haya hecho todo bien, pero lo hizo con el corazón en la mano y eso lo convierte en merecedor de un elogio contundente. Haberle ganado así a un rival que impone respeto, lo posiciona, tanto en la tabla anual como en el semblante anímico, de un modo prometedor.

a cinco fechas del final, siente que está por el camino correcto

Lejos, lejísimo aún, de ya estar salvado del descenso, cada integrante de la vida gimnasista siente que está bien parado para seguir trabajando por conseguir lo que tanto quiere.

En la tarde de los alaridos indispensables de Eric, la experiencia y buena lectura de Pablo, la conocida regularidad de Leo y hasta un par de corridas interesantes de Benjamín, hay que soltar un párrafo especial para Leonardo Carol. Evidentemente, su manera de conducir al plantel le ha hecho bien.

Empático, terrenal y cercano al jugador, Madelón, con más canas y menos cabello, sigue apostando por ser optimista al caminar en la oscuridad. Es imposible mensurar cuánto ayudan sus formas y la estrategia de no desbocarse para ir en busca del triunfo, aunque está a la vista que suman.

tres goles y un millón de nervios gestaron el repunte fenomenal

Lo mejor ocurrió en el primer tiempo. Cuando el pelirrojo Gondou amargó a la multitud, se instalaron preocupaciones y trepó bien alto el nivel de estrés. Lo bueno para Gimnasia es que esa pesadilla duró sólo un par de minutos y rápidamente llegó el gol que lo devolvió al camino correcto.

Lo que parecía poco probable fue lo que llegó antes del final de ese capítulo frenético. Cuando Ramírez incrustó la pelota entre Alexis Martín Arias y el palo izquierdo, la gente sintió que lo deseado era posible de alcanzar.

El premio de haber llegado al descanso del entretiempo con la historia dada vuelta como una media, representó un recreo de quince minutos de pura felicidad para cada habitante de las tribunas.

La primera entrega festiva del atacante tan desprolijo como temible impregnó el ambiente de una confianza digna de Madelón.

Haber pasado de perder a ganar tuvo el valor de una reacción que hace huella. ¡Y vaya si dejó!

En el inicio del segundo tiempo, bien temprano, el mismo protagonista de Concordia hizo que la película fuera todavía más linda. La frescura que mostró para bailar con el cuerpo engañando a Villalba en la previa de su segunda facturación, lo elevó, definitivamente, al sitial más alto del podio.

Podrá tener partidos donde parece peleado con la pelota, pero Ramírez ha crecido en importancia, su aporte goleador o de exigencia permanente para los zagueros rivales son rasgos que siempre lo posicionan a la hora de tenerlo en cuenta.

En una actuación discreta de Tarragona, sus aportes permitieron gestar el impacto más seductor desde que llegó el actual cuerpo técnico.

Merece un párrafo especial el partido que jugó Pablo De Blasis. Atento a las cambiantes circunstancias del trámite, jugó simple y muy bien. Participó de la presión, robó pelotas y cuidó del destino de sus pases. Tuvo que esperar un lapso considerable y esta vez disfrutó su actuación más convincente en la primera del club que lo marcó para toda la vida.

Todo Gimnasia anoche durmió con la tranquilidad de haber cumplido con lo que se había propuesto. La fuerza de una localía antipática para quienes lo visitan encierra uno de sus principales méritos. Tres jugados y tres ganados en El Bosque irradia la nítida sensación de que en su casa ha vuelto a ser bravo.

Pasó con éxito una prueba compleja y ese es el orgullo que mejor lo alimenta.

Gimnasia esperó al rival en su campo y apostó por atacar a pura velocidad, Esa fue la idea original

De Blasis, jugando simple, fue el eje que tuteló al Lobo tras el gran tesoro del tercer alarido

 

vamooo

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