Dos hermanos lesionados por un intento de robo en el mismo barrio: los vecinos, aterrados

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A pocas cuadras de la casa del odontólogo, que sufrió un golpe devastador en 29 entre 62 y 63, se registró otro grave episodio delictivo, que terminó con dos hermanos heridos.

La situación llenó de miedo a los vecinos, que están observando cómo se recalienta la inseguridad en esa zona de la Ciudad.

De acuerdo a lo que pudo saber este diario, el hecho se registró en la calle 23 entre 68 y 69, el sábado por la noche, cerca de las 21, cuando un joven escuchó gritos desde el interior de su casa y, al asomarse, vio como su hermano, que estaba con la moto de un amigo, forcejeaba con una pareja, que le quería sacar ese rodado.

En esas circunstancias, el denunciante contó que la pareja que hostigaba a su hermano tenía una especie de punta, de elemento filoso, con el que incluso llegaron a lastimarlo en el brazo derecho y en la palma de la mano izquierda, pese a sus desesperados intentos por ayudarlo.

Se supo que fue después de esa agresión que la pareja decidió darse a la fuga en dirección a 22 y 69, donde, al parecer, los estaban esperando otros dos cómplices en una moto.

“Estoy zarpado de estar en cana... voy a volver y te voy a cagar a tiros”, gritó uno de los agresores, que enseguida empezó a pedir “el fierro”.

De todas formas, al final no hubo disparos. Sí un cascotazo que le pegaron en la cabeza al joven que había salido en defensa del hermano y al que también le provocaron una herida sangrante en el cuero cabelludo.

Al rato, un equipo médico del SAME tuvo que acudir al domicilio de las víctimas para brindarle asistencia, aunque no fue necesaria su derivación a un centro hospitalario.

De los delincuentes no quedaron rastros, por eso ahora agentes de la comisaría quinta deberán reconstruir sus movimientos con los registros que hayan captado las cámaras del barrio.

Las fuentes mencionaron que, al final, la moto que habrían intentado robar quedó en la escena, como también un miedo generalizado por otro hecho vinculado a la ola delictiva, cada vez más palmaria.

Los frentistas, como en todos los rincones de la Ciudad, reclaman más patrullajes, porque se sienten indefensos ante los delincuentes.

Si no hay presencia policial, ese espacio rápidamente lo ocupan quienes acostumbran a apoderarse de lo ajeno. Lo que tanto esfuerzo y sacrificio ha costado en estos tiempos de tantas dificultades.

“No se puede vivir así. Necesitamos urgentes respuestas de las autoridades, que parecen haberse olvidado de la inseguridad”, se quejaron.

 

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